OBJECIÓN
40. - HAGAMOS UN CONVENIO DE MUTUA COMPRENSIÓN
No
entiendo el fanatismo del católico mexicano, que corta relaciones con los
Testigos de Jehová aunque sean parientes.
En
esto me parece que existe un retraso cultural.
En
Estados Unidos, la cultura se manifiesta en la comprensión mutua.
Cada
quien se adhiere a la religión que le convence o le conviene. Si alguien de la
familia adopta las creencias de los Testigos de Jehová, no se estorban ni lo
critican; si es necesario, le ayudan a cumplir su recorrido domiciliar.
Más
aún hasta le consultan sobre la Religión.
SOLUCIÓN
40.- NO COMUNICAR CON LOS HEREJES, ES REGLA APOSTÓLICA. (Jos. 22).
EMPERO, LA IGLESIA SI AUTORIZA EL DIÁLOGO
ECUMÉNICO.
Una
cosa es la convivialidad social entre ciudadanos y otra la comunión eclesial en
las creencias o ritos. De lo material y lo social podemos participar y
ayudarnos, en caso de necesidad; mas lo sobrenatural tiene su ámbito exclusivo
como medio eficaz para conservarse fiel. Los Apóstoles prohibían el trato con
quienes dudan de la Fe o la atacan. (II Jn. III-10; Ap. II-14-45).
Si
yo me hallara en un ambiente de Testigo de Jehová a otras confesiones
cristianas o Religiones, jamás les preguntaría sobre la Verdad Revelada, pues
sería tanto como dar fe a sus creencias despreciando a la Iglesia verdadera;
buscar en un lugar equivocado lo que la Iglesia me brinda en abundancia con
Magisterio Infalible.
Tampoco
acompañaría a un "Testigo" a sus reuniones, porque sería cooperar a
su perdición eterna y exponerme a asimilar inconscientemente un indiferentismo
extraño, donde la diversidad religiosa no impide la convivencia familiar.
El
mexicano es, desde antes de su evangelización, medularmente religioso; y una
vez recibida la Fe Cristiana, ésta constituye la esencia de su ser.
Esto
no es retraso cultural, sino fe pura y gloriosa.
En
México católico todos nos interesamos por la salvación del prójimo, aunque sea
a base de murmuraciones. Pero sobre todo nos interesamos en la salvación de
nuestros familiares. Si alguno fuera tentado de herejía, no le ayudaríamos a
ingerir este veneno, sino que le incitaríamos a vomitarlo.
Sin
embargo, la Iglesia autoriza, bajo sus auspicios, el sano Diálogo Ecuménico, no
indiscriminadamente, sino entre personas preparadas, y a veces se celebran con
formalidad canónica. (Cf. Cn.)
Pero
tratándose de los fieles en particular, no conviene exponerlos a los ataques de
los sectarios, pues la gran mayoría se enfrasca en discusiones inútiles, donde
la soberbia y el amor propio pretenden triunfar sobre la verdad, como sucede
con los Testigos de Jehová, cuyo fanatismo obsesivo es resultado de un profundo
"lavado de cerebro" que han sufrido sistemáticamente por los sofismas
de los dirigentes de la "Torre".
En
este caso y casos similares, tratar con los sectarios podría contagiar
confusión:
a)
Porque los principios doctrinales de la secta
son naturalmente contra la razón, y el nuevo adepto tiene que luchar contra
corriente y contra su conciencia.
b) Porque, en el plano sobrenatural, ha perdido la Gracia
por su apostasía y peca contra el Espíritu Santo al rechazar la verdad
conocida, lo cual reafirma al negar la existencia y divinidad de Esta Divina
Persona "¿quien dijere palabra contra el Espíritu Santo, no se le
perdonará ni en este mundo ni en el venidero" (Mth. XII-32).
Tu
carta termina con tu renuncia a seguir confrontando las enseñanzas de la
"Torre" contra el catolicismo. iLástima! Con tus argumentos me habías
obligado a estudiar, a consultar, a reflexionar, a escribir. No que los
católicos tenemos obligación de "escudriñar las Escrituras", mandato que
da Cristo a los Escribas y Doctores; porque en ese caso, ¿Qué será de nosotros
los ignorantes, de los incapacitados? ¿Qué será de la misma Escritura, sujeta a
estudios rigurosos que hacen a las gentes racionalistas, cerebros sin corazón,
jueces implacables de la Palabra de Dios, tiranos con sus hermanos a quienes
quieren imponer la letra de la Biblia? Recuerda como se impusieron los primeros
pobladores calvinistas de los Estados Unidos. Nosotros no estamos huérfanos
para que nos guisemos nuestro alimento con riesgo de enfermamos.
Tenemos
a nuestros Padres en la Fe que nos preparan nuestro alimento espiritual
sazonado y balanceado. Pero si alguien quiere contemplar la Divina Palabra, que
lo haga bajo la guía de la Iglesia, sabiendo que, después de la recepción de
los Sacramentos, nada tan agradable a Dios como el que recibamos su Divina Palabra.
Nosotros
practicamos la Biblia. No la memorizamos. Se nos enseña a vivirla entendiéndola
por la Sagrada Predicación.
La
Biblia es para nosotros tan respetable, que nunca la tomamos como objeto de
disputas frívolas y estériles.
Contigo
la usé como lo que es: Palabra de Dios, bajo la guía de mis Pastores, rogando a
Dios que imprimiera una eficacia especial en sus palabras, que simplemente te
transmití. Me daba gusto saber que leías mis respuestas y abrigaba la confianza
de que hacía algo por tu alma, por tu retorno al hogar del Padre Celestial. Me
gustaba que, a diferencia de otros Testigos de Jehová, Tú si recibieras y
leyeras mis argumentos, pues sabemos, porque ellos lo han dicho, que tienen prohibido
entablar polémicas por escrito y leer lo que contradiga a sus creencias. Creo
yo que esta prohibición se les impone para que no se convenzan de haber sido engañados.
Yo esperaba mas objeciones para demostrarte que la Iglesia que has abandonado,
si tiene respuesta a todas las dudas e inquietudes.
Yo
quería suplir lo que no hiciste cuando estudiaste por tu cuenta sin consultar a
nadie.
Sin
embargo, me queda el omnipotente recurso de la Oración. Lo que no pueden los
argumentos, lo puede la Gracia de Dios, si se la pedimos. Todos los argumentos
del mundo no podrán devolverte la Fe; pero si pedimos a Dios que te la
restituya, tú morirás en el Seno de la Iglesia que te recibió al nacer, en el
Sacramento del Bautismo, y Ella misma cerrará tus ojos con el Sacramento de la
Extrema-Unción.
FIN