Su
fe en la Santísima Trinidad está íntegra, y se prueba por la descripción y
explicación que hace del rito del Bautismo:"... toman en el agua el baño
en el nombre de Dios, Padre y Soberano del universo, y de nuestro Salvador
Jesucristo y del Espíritu Santo." Y explica los pasos con que se
administraba el Bautismo: "... y se arrepiente de sus pecados en el nombre
de Dios Padre y Soberano del Universo... Este baño se llama iluminación para
dar a entender que son iluminados los que aprenden estas cosas. Y el iluminado
se lava también en el nombre de Jesucristo, que fue crucificado bajo el poder
de Poncio Pilato, y en el nombre del Espíritu Santo, que por los profetas
nos
anunció de antemano todo lo referente a Jesús", (Apol. I-61).
Del
Sacrificio Eucarístico nos dice al tratar el Ofertorio: "Luego, al que
preside a los hermanos, se le ofrece pan y un vaso de agua y vino, y tomándolos
él, tributa alabanzas y gloria al Padre del Universo por el nombre de su Hijo y
por el Espíritu Santo..." (Apol. I,65-66).
Estos
pasajes refieren la realidad cristiana que el mismo Justino expone con fe
sencilla, pero en los demás escritos (los auténticos y los que tienen mayor
probabilidad de pertenecerle), San Justino habla a los filósofos paganos y les
habla en su lenguaje filosófico, más cargado hacia el Platonismo,
tratando
de concertar las Escrituras del Antiguo Testamento con la antigua filosofía
griega. Se esfuerza por convencerlos de que el Logos se encuentra en el hombre,
como que es la Luz y la Verdad que ilumina a todo hombre que viene a este
mundo; pero en Sí, el Logos es procedente del Padre por generación, y al
principio creó y ordenó por su medio todas las cosas. San Justino quiere darse
a entender de los paganos, y por eso emplea muchos argumentos basados en la
razón sin introducir casi nada la revelación, fuera de la existencia de Dios,
Único, distinto y superior a los falsos dioses paganos, y en el cual se centra
todo. Sin embargo, recuerda que la razón sin la revelación es insuficiente para
expresarlo todo, y que en ese tiempo la teología o sistematización de la fe y la
revelación, estaba en ciernes.
Para
que normes tu criterio, reproduzco el juicio del católico Johannes F. Quasten,
sacado de su Patrología: "Al analizar la teología de Justino, debe tomarse
en cuenta que no poseemos de la pluma de este autor una exposición completa y exhaustiva
de la fe cristiana. No hay que olvidar que sus obras propiamente teológicas,
como los tratados sobre la soberanía de Dios , de la resurrección, refutación
de todas las herejías y contra Marción, se han perdido". (T. I. pág. 200).
Hace
el mismo Autor una lista de los libros de dudosa procedencia que son atribuidos
a San Justino, y advierte que otros llevan los nombres de los libros perdidos,
pero que, evidentemente, por el estilo y exposición vehemente, le han sido
falsamente atribuidos.
OBJECIÓN
31.- EL SUBORDlNACIONISMO GENERÓ A LA TRINIDAD
Los
primeros Padres de la Iglesia enseñaron la unidad de Dios, y sus elucubraciones
fueron generando el actual Misterio de la Trinidad, mediante el
Subordinacionismo, cuyo contenido llevo ya explicado.
SOLUCIÓN
31.- El Subordinacionismo fue una herejía antigua de los gnósticos, que pronto
pasó de moda por haber sido condenada por la Iglesia.
Pasamos
ahora al Subordinacionismo que con vehemencia me opones; pero antes, debes escuchar,
como preámbulo, o leer después como epílogo, mi siguiente juicio:
Como
no pudieran los de la Torre eludir las inspiradas palabras de San Juan
consignadas al principio de su Evangelio en I, 1, ni su contundente conclusión
del I-14, acudieron a la filosofía pagana de Platón; luego escarbaron en el
basurero de las herejías y exhumaron las fantasías del "Demiurgo"
gnóstico y Maniqueo. Y con recortes sacados de Marción y los Neoplatónicos
hasta Arria, fingieron una historieta-ficción que atribuyeron a diversos Santos
Padres señalados al azar.
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