OBJECIÓN
19.- AUTOEDUCACIÓN.
He
gastado años estudiando por mi cuenta todas las publicaciones de los Testigos, y no
encuentro
solución
a mis dudas. ¿Porqué usted se presenta tan seguro? ¿Cuál es el recurso para su auto
instrucción?
SOLUCIÓN
19.- APRENDER DE LA IGLESIA INFALIBLE.
Me
extraña que insistas en tu autoeducación y en tu auto instrucción. No te
fijaste en lo que te respondí: que existe un magisterio instituido autorizado para
instruir, y ese es la Jerarquía Eclesiástica, a la cual envió Cristo al mismo
San Pablo para que por Ella fuera instruido. (Ver He. IX-6).
Has
sufrido muchos años de duda. i Con qué facilidad hubieras resuelto aquellas
dudas si hubieras recurrido a la Iglesia! Mírame a mí: no tengo dudas. Tus
objeciones saturadas de invitaciones insidiosas, saturadas de textos bíblicos y
con interpretaciones prefabricadas por los de la Torre, no me han quitado el
sueño, porque no resuelvo por mí mismo. No estoy huérfano. Sé que en la Iglesia
está la solución. ¡Si hubieras consultado a los sacerdotes, estarías en paz! Al
consultar a un Sacerdote católico, consultamos a persona autorizada, asistida
por Dios en todo lo que concierne a su ministerio, y en su voz oímos a Cristo;
pues dijo El mismo a sus Apóstoles y en ellos a sus Sucesores: "El que a
vosotros oye, a Mí me oye, y el que a vosotros desecha, a Mí me desecha; mas el
que a Mí me desecha, desecha al que me envió". (Luc. X-6). Esta
prerrogativa dada a los Apóstoles y a sus auténticos Sucesores, tú la aplicaste
a los dirigentes de la Torre, que acaban de aparecer sobre la tierra y no por
sucesión apostólica, y se han dedicado a desconocer y a contradecir a
Jesucristo, y te han enseñado a desecharlo y a odiar a su Iglesia.
Tenemos,
además, otros recursos: las Biblias católicas son editadas con notas al calce
que explican
los
pasajes difíciles; pues como dice San Pedro hablando de las Epístolas de San
Pablo: "hay en ellas algunas cosas difíciles de entender, las cuales los
indoctos y ligeros tuercen, lo mismo que las demás Escrituras, para su propia
perdición". (II Pe. III-15). Pues para que no nos perdamos interpretando
por nuestra cuenta, los exégetas católicos anotan basados en la misma
Escritura, en la Tradición Apostólica y en el Magisterio de la Iglesia.
Además
hay Diccionarios de la Biblia y Enciclopedias bíblicas.
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