IV.- RECHAZAMOS LAS
BLASFEMIAS DELOS "TESTIGOS DE JEHOVÁ"
Lamentamos sinceramente que las características de esta
publicación nos obliguen a suspender este jugoso estudio bíblico-teológico
sobre la Santísima Trinidad. No lo hemos terminado y falta mucho por decir;
pero basta lo expuesto hasta aquí para haber respondido a las dos maliciosas
objeciones que esos Sectarios formulan para negar este Divino Misterio:
1ª, SOBRE SU EXISTENCIA;
2ª, SOBRE LAS PRUEBAS ESCRITURÍSTICAS DE ESTE DOGMA.
La obstinación de los mal-llamados "Testigos de Jehová"
niega descaradamente el Misterio de la Santísima Trinidad, y para erradicado de
la conciencia de los fieles, responden en sus disputas callejeras que en Dios
no hay misterios, De hecho, en su espuria traducción bíblica suplen la palabra
"Misterio" por la de "Secreto Sagrado".
¡Se equivocan! Si en Dios no hubiera misterios, Dios Sería
igual a nosotros y pudiera ser captado por nuestra mente: su eterna infinitud
sería encerrada en un solo concepto.
Afirma San Juan: "A 'Dios nadie le ha Visto jamás"
(Jn. I-18). Y esto se entiende en un doble aspecto: que nadie lo ha Visto con
los ojos corporales, ya que los sentidos
no perciben lo espiritual, y que la consideración de la mente humana, aunque; pueda
captarlo en su existencia y barruntar sus atributos que tienen relación con el
mundo creado - todo lo cual pertenece a la unidad esencial - pero sin la Divina
Revelación jamás tendría la evidencia de su existencia ni de sus atributos, ni
menos de sus operaciones inmanentes o de su íntimo Ser y Existir, como ya lo hemos
advertido en el principio.
Por eso continúa en el mismo versículo; "... el Unigénito
Hijo que está en el regazo del Padre mirándole cara a cara, Él es quien le dio
a conocer". ¿Cómo? Presentándose como Verbo Encarnado y declarando su
consubstancialidad con el padre (Cf Mth. XVII-2; Jn. XIV-IX-11 Y también nos
reveló la existencia y los datos fundamentales del Misterio de la Santísima
Trinidad.
El saber que hay en Dios algo que no abarcamos, es ya un
beneficio inestimable, sobre todo cuando mira a nuestra salvación eterna; y el
objetivo de ese' "algo inalcanzable" es de grata y sublime
contemplación, Sé que en Dios hay Tres Personas distintas y consubstanciales.
Cómo existen, no lo sé; tampoco sé en qué consista ser Tres en Uno y Uno en
Tres. Pero el saber la existencia de este. Misterio por testimonio de Dios mismo
que lo revela en la Biblia, me llena de gozo.
Comparando mi fe con la burda negación de los "Testigos",
descubro que la religión de, los dichos "Testigos de Jehová" es una
religión natural, racionalista, intrascendente... y que lo único que tiene de
sobrenatural es el reconocimiento de Dios en una unidad absoluta, el cuál queda ajeno a las revelaciones que de su
intimidad hizo en el Nuevo Testamento. No es más que la repetición de lo que
afirmaron los judíos en la antigüedad y que, siguen afirmando los judíos que
permanecieron en la Sinagoga después de la Redención de Jesucristo. Así lo dijeron
los Monarquianos, herejes de los siglos II y III; así lo concluyó Arrio en el
S. IV, y también algunos "teólogos" protestantes de los Estados
Unidos en el S. XIX, Pero todo aquello que trasciende al conocimiento y la fe
de la intimidad del Ser Divino, no sólo lo ignoran, sino, que lo niegan y
combaten con saña nunca antes desplegada.
Para probar sus negaciones, los mal-llamados "Testigos
de Jehová" repiten las enseñanzas de sus dirigentes: y éstos, arrogándose
la exclusiva de la interpretación auténtica de la Biblia, dicen que se apoyan en
Ella, desconociendo toda otra autoridad y doctrina.
A este propósito tenemos que observar:
1º.- Que la Biblia, Revelación Divina, fue dada en sus
principios por Dios al pueblo de Israel mientras la humanidad cursaba esa etapa
previa a la Redención, etapa que llamamos "Antiguo Testamento", dado
el pacto del mismo Dios con la humanidad de enviarle un Redentor (Cf. Gén.
III-15).
Y que, venido el Mesías Redentor, una vez consumada la
Redención, fue completada de mano de los Apóstoles, por inspiración divina, en
lo que llamamos "Nuevo Testamento; pues en esta definitiva etapa fue
sellada una nueva y eterna Alianza con la humanidad mediante la Sangre del
Redentor. (Cf. Luc. XXII-19-20; Hebr. IX-15; XIII-20) Nótese, de paso, que la
Secta hace gala de desprecio de Ambas Alianzas, llamando a la materialidad de
los Textos Sagrados: "Escrituras Hebreo-arameas" y "Escrituras
griegas- cristianas".
Pues bien, Antiguo y Nuevo Testamento han sido unidos en una
sola Revelación que los Apóstoles depositaron en la Iglesia como Depósito
Sagrado. (Cf. I Petr. I-10-12; I Tim. VI-20; II Tim. I-14).
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