Medita esto y respóndeme.
OBJECIÓN 5.- LAS IMÁGENES, UNA IDOLATRÍA.
Hay muchos puntos que están en las Escrituras y que la Iglesia Católica ha ignorado; por ejemplo lo de las imágenes. Hasta en la Biblia Católica de Jerusalén dice enfáticamente en Éxodo XX, 4-5: "No te harás escultura ni imagen alguna de lo que hay arriba en los cielos, ni de lo que hay debajo de la tierra, ni de lo que hay en las aguas debajo de la tierra. No te postrarás ante ellas ni les darás culto, Yahvé tu Dios, soy un Dios celoso"
(O Jehová en otras Biblias).
SOLUCIÓN 5.- Me tocas el punto siempre repetido por todos los protestantes, y por más que se les explica, siguen insistiendo para sorprender a los incautos, Este asunto es el conocidísimo de las Imágenes.
Dije "Imágenes", no "ídolos" ni "dioses".
Porque imagen significa semejanza, semblanza, retrato; no identidad ni menos persona y jamás "divinidad".
El texto que me presentas, tan conocido, habla de la prohibición de hacer ídolos; esto es, hechuras humanas a las que se les atribuyera el carácter de divinidad o poderes divinos. Y esto sucedió porque los Israelitas, después de una estancia de muchas generaciones en medio de los egipcios, quedaron muy inclinados a la idolatría. Así como hoy los protestantes tienen miedo de caer en la idolatría, porque no saben abstraerse de la materia por medio de la imagen.
¿Cómo entiendes tú, hermana, que el mismo Dios que prohibió hacer este tipo de imágenes, haya mandado a Moisés ejecutar imágenes de querubines sobre el Arca de la Alianza? ¿Y que El mismo Dios hubiera inspirado a Besalel fundir y esculpir estas imágenes de lo celeste así como las de animales y plantas para adornar el Arca; y luego a Salomón para adornar el Templo? (Consulta Ex. XXXV, 30-35; XXXVII, 6-10; XXXVIII, etc.; I Re. VI-23 sgs.). Nosotros lo entendemos así: porque Dios prohibió hacer imágenes para adorarlas. Y El mismo mandó hacer imágenes, unas como simbolismo y otras como adorno, pero no para que fueran adoradas.
¿Y cómo entiendes tú que mandara a Moisés fundir una serpiente de bronce y ponerla en alto y que por medio de ella diera salud al pueblo si alguien, mordido de serpiente la veía? (Núm. XXI, 8-9). ¿Acaso Dios mandó la idolatría y la respaldó con curaciones milagrosas?
Más todavía: el Mismo Cristo se compara a esta serpiente y nos explica su misterio y significación anticipada: "Así como Moisés puso en alto la serpiente en el desierto, así es necesario que sea puesto en alto el Hijo del Hombre, para que todo el que crea en El alcance la vida eterna" (Jn. III, 14-15).
Desde hace 2000 años tenemos en la Iglesia Católica una preciosa reliquia que tú has de conocer: La Sábana Santa, en Ia que la ciencia de las distintas épocas y la exigente ciencia actual, comprueban que en ella estuvo envuelto el Cuerpo muerto de Nuestro Señor Jesucristo, y quedó milagrosamente impreso con todas las llagas y señales de la Pasión. ¿Crees tú que vamos a caer en el escrúpulo protestante y la vamos a quemar por no idolatrar? Gracias a Dios los católicos no estamos inclinados a la idolatría, porque sabemos distinguir entre adorar y venerar, y entre la identidad, la semejanza, el símbolo, la analogía, la divinidad, la persona, la humanidad, la materia, lo abstracto, lo concreto, lo relativo y lo absoluto. Los protestantes hacen bien en abstenerse de imágenes, porque sí están inclinados a la idolatría.
Y digo esto porque ellos están apegados a la letra de la Biblia y no a su espíritu o sentido. Y dice San Pablo que "la letra mata pero el espíritu vivifica" (II Cor. III-6). Quiero preguntarte: ¿Acaso cada Biblia no ha sido hecha por los hombres?. AIIí trabajaron con máquinas y con sus manos, los fabricantes del papel, los de la tinta, los de las máquinas impresoras, los prensistas, los encuader- nadores, etc.. Vista la materialidad, cada Biblia es una obra humana. Y las letras del alfabeto que contienen ¿no son invención humana? ¿ Acaso los católicos los fustigamos diciéndoles "bibliólatras" porque conservan con cuidado ese Libro, lo colocan reverentemente en lugar princi-
pal, lo besan y hasta juran por él y sobre él? No somos tan cerrados ni tan tontos. Sabemos que una cosa es la materia y otra la Palabra de Dios consignada en esa materia. Y la misma Palabra de Dios, no es Dios mismo. Pero no nos escandalizamos, antes alabamos el respeto que le tienen a la Biblia.
Pues de la misma manera, las imágenes en el catolicismo: sólo son retrato de los que en vida vivieron en gracia de Dios y ahora en los Cielos viven y pueden interceder por nosotros, y sus ejemplos son como saludables estímulos para nuestro proceder. San Pablo mismo invitaba a los fieles: "Sed mis imitadores". (I Cor. IV, 16).
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