2.- EL
PROBLEMA:
¿Porqué y cómo realizó el Verbo la
Redención del hombre?
A.- Porque el pecado de Adán ofendió
gravísimamente a la Santísima Majestad del Altísimo, deturpó la Imagen que El
le imprimiera y borró su semejanza: el alma quedó deformada y destituida de la
gracia Santificante. La Redención tendría por finalidad desagraviar y
satisfacer a la Justicia Divina, restaurar la Imagen de Dios en el hombre y
devolverle la Gracia que había poseído al ser creado “en justicia y santidad de
verdad” (Cf. Ef. IV-24).
El redimir al hombre implicaría,
pues:
a) Satisfacer
la Justicia quebrantada por el pecado, la cual es infinita en Dios y se
proyecta en el hombre finito; pero en el caso de la desobediencia de la
creatura, lesiona de modo proporcionalmente infinito los derechos de Dios.
b) Desagraviar
a la Majestad de Dios, que ha sido ofendida por las pretensiones inducidas por
el Demonio a Eva y a Adán: “Seréis como
Dios…” (Gén. III-5).
c) Restaurar
el Orden Sobrenatural establecido por Dios para bien de su creatura racional,
en analogía con su Santidad; mismo que la rebelión del hombre había destruido
haciéndole enemigo suyo. (Cf. Rom. V-10).
B.- El cómo de la Redención
se remonta hasta el momento mismo de
la sentencia que
Dios dictó contra el hombre: en ese mismo
instante tuvo Dios misericordia de su
creatura caída y le prometió
un Redentor,
diciendo a la Serpiente y en ella al Demonio:
“… Y enemistad
pondré entre ti y la mujer, y entre tu descendencia
y la suya; la cual quebrantará tu cabeza
y tú acecharás su calcañar”
(Gén.
III-15).
Conforme a este texto, príncipe y fundamental, eje de toda la Escritura, ha
de haber un enfrentamiento entre la Serpiente (o Satanás, Cf. Apoc. XII-9) y su
descendencia de pecado que envuelve a todos sus secuaces, que son primeramente
los Ángeles caídos, contra la mujer ahí presente, madre de todos los vivientes,
de la Humanidad, y contra AQUEL que en Sí recapitula a toda esa descendencia o
humanidad: “el Hijo del hombre”, el Redentor. (Cf. Gál. III-16).
Y es digna de notarse la relación o nexo que tiene con “la Mujer” el
Protagonista de esta lucha: ha de ser descendiente suyo: luego tiene que ser
humano, puesto que en la lucha habrá de sufrir la mordedura de la Serpiente:
pagará con su vida la redención de la humanidad.
Ahora bien, ¿un descendiente de aquella Mujer que cayó ante la tentación de
la Serpiente, tendrá fuerza y poder suficiente para redimir a la humanidad?
¿Podrá dar satisfacción cumplida a la infinita Majestad de Dios)
No hay en toda la creación nada ni nadie que pueda cumplir tan sublime como
delicada misión: ni las creaturas inertes ni las irracionales pueden ser víctimas
agradables; ni siquiera los hombres ni aún los Ángeles. Porque ninguno, por
consciente, racional y encumbrado que sea, puede tener los méritos infinitos
que se requieren para restaurar el Orden Sobrenatural de la Gracia, que es la
gratuita participación de la Naturaleza Divina. (Cf. II Petr. I-4)
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