D) Los Testigos de Jehová apelan también al
testimonio de los demonios quienes, no obstante saber que Dios es uno y
estremecerse (Cf. Sant. ll-19), proclamaron a Jesús como el Hijo de Dios (Cf. Mth. VIII-21; Mc. V-7). Sólo que
el "padre de la mentira" Jn. VIII-44)se portó verazmente en sus
declaraciones ante la Divinidad de Cristo; pero los falsos Testigos de Jehová
falsean hasta las intenciones del diablo al querer imprimir otro sentido a las
palabras de Satanás, y comentan tendenciosamente: "...sabían por su
experiencia en las regiones celestiales que Jesús no era Dios. Por eso, correctamente,
reconocían a Jesús como el 'Hijo de Dios', que tiene existencia separada"
(P.16/ c. 2/ párr. b).
Pondérese la confusión que sufren o pretenden provocar: insisten en la "existencia
separada " de Jesús y el Padre; y ciertamente la tienen en cuanto que el Padre
es la Primera Persona de la Santísima Trinidad, y Jesús es la Segunda Persona
de la Santísima Trinidad, Encarnada. Son, ciertamente, Personas distintas: pero en cuanto divinas, tienen la misma Esencia.
Tratan ellos de arrastrar nuestra atención hacia el abismo que hay entre la
Divinidad y la Humanidad como tales; pero no han aclarado que esta Humanidad,
sin que resultara persona humana, ha sido asumida desde su primer instante por
la Persona del Verbo y unida a Sí substancialmente con aquella Unión única y
exclusiva que llamamos Hipostática.
E) Ellos quieren apoyar su negación en el testimonio
conjunto del Padre y de Cristo, citando Jn. VIII-17: "En vuestra ley está
escrito que el testimonio de dos personas hace fe. Yo soy quien doy testimonio
de Mí mismo, y también da testimonio de Mí el Padre, que me envió". Y
concluyen: "Aquí Jesús muestra que El y el Padre, es decir, el Dios
Todopoderoso, tienen que ser dos entidades distintas, porque, ¿de qué otro modo
pudiera haber realmente dos testigos?" (p. 17/ c. 1/ párr. c). ¡Torpemente
caen por sus propias palabras! No se
han percatado que estos Dos Testigos son "las dos personas" que exige
la Ley, y que para ser parificados y unidos sus testimonios tienen que ser de la
misma categoría: Dios el Hijo, que como luz se muestra a Sí mismo y testifica
de Sí, y Dios el Padre, que testifica en favor del Hijo (Cf, Jn. XII-28); pero no dos dioses, sino Dos Personas
Consubstanciales en la Divinidad.
F) Los Testigos embrollan todo y hacen burla de todo
y niegan rotundamente todo, porque ignoran o fingen ignorar lo que la teología
católica enseña sobre la Trinidad y la Encarnación del Verbo.
Traen a colación los textos escriturísticos, escarban la semántica de las lenguas orientales, citan a los paganos, e invocan
en su favor a los mismos demonios; pero todo este aparato crítico y concurso de
grandes autoridades que por heréticas sólo ellos conocen, resultan deficientes
y falaces cuando un niño católico del Catecismo aplica la preciosa distinción:
"en cuanto Dios y en cuanto Hombre"; "según la naturaleza divina,
según la naturaleza humana"; con respecto
a la divinidad, con respecto a la humanidad"; "conforme a...",
procurando sólo hablar de una sola persona: la Persona Divina del Verbo, porque
"persona humana no hay en Cristo" (Catecismo del P. Jerónimo de Ripalda,
Declaraciones).
No hay comentarios:
Publicar un comentario