F.- Se demuestra la
mala fe de los sectarios porque no hacen balance con los demás textos, para
concluir las dos Naturalezas de Cristo: basta repasar la primera parte de este
trabajo para reafirmarnos en la distinción: "en cuanto Dios, en cuanto
hombre, en cuanto Dios y Hombre", que deben aplicarse paso a paso en el
Nuevo Testamento si queremos entender toda la Escritura. Por no saber estas
distinciones, los sectarios desesperaron y llegaron a la locura de inventarse
su propia "Biblia".
Daremos cuatro ejemplos de textos difíciles para los "Testigos" y
desharemos los sofismas con que, basados en esos textos, engañan al pueblo
sencillo.
1º .- "Lo que toca a aquel día y aquella hora, nadie lo
sabe, ni los Angeles en el cielo ni el Hijo, sino el Padre". (Mc. XIII –
32).- Ya hemos hablado sobre la ciencia de Cristo: la Ciencia Beatífica, con la
que conoce plenamente la Esencia Divina: esta corresponde a la Naturaleza
Humana por exigencia de la Unión Hipostática; la Ciencia Infusa, para
enriquecimiento de su dignidad soberana de Hombre perfectísimo: el Hijo del
hombre; y la Ciencia Natural o adquirida: ciencia experimental, progresiva,
como todo entendimiento humano, pero sin la imperfección del error.
Bastan estos cuatro aspectos de la Ciencia del Verbo Encarnado para
barruntar con certeza que sí conocía el día del fin del mundo y juicio
universal; pero no entraba en el plan de la Redención revelarlo, pues Dios nos
quiere en constante prevención y anhelo (Cf. Apoc. XXII – 20). Y no miente el
Señor al negar que conozca el día, pues habla en cuanto a la ciencia natural o
experimental, según la cual, ni el Hijo del hombre – en cuanto hombre – lo
sabe. Conforme a las demás profundidades de la ciencia de Cristo, no revela el
día preciso del fin del mundo porque es un secreto divino que El retiene como
se retiene el sigilo sacramental y no ha de revelárselo al hombre.
En consecuencia, el haber dicho Cristo que no sabía, no significa que no
sea Dios.
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