Cómo se compaginan estos enunciados
De nuestra alma, creada a Imagen y semejanza de Dios, podemos
partir para entender, por analogía, estos enunciados.
Nuestra alma es consciente de su ser: toda ella lo entiende,
toda ella lo ama. Pero es una sola alma.
Y aunque toda entera está consciente de su propia existencia,
toda ella se entiende y comprende, toda ella se ama y se goza: no son tres
almas, sino una sola, que en su totalidad ejerce tres funciones plenarias y exhaustivas:
conciencia, entendimiento y voluntad.
Dios, que es Divino Ejemplar cuya esencia reflejó en nuestra
alma, es, antes que todo y sobre todo, Ser consciente de Sí mismo, inteligente
y volitivo: consciente de su propia existencia y operaciones, inteligente para
entender su único objeto adecuado que es su propia esencia, y volitivo para
amar la Bondad absoluta que es Él mismo.
...Y aquí tenemos a Dios Consigo Mismo, cuyas operaciones
inmanentes son desde la eternidad y serán por la eternidad...
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