B.- Especificaciones
Debemos especificar algunos puntos antes de pasar adelante.
Por ser substancias incompletas el cuerpo y el alma, y por ordenarse
directa y únicamente a su complemento, la unión de ambos se llama y es
substancial.
De esta unión substancial de alma y cuerpo resulta una naturaleza humana y por
consiguiente una persona humana. Persona es un incomunicable subsistente en la
naturaleza intelectual o racional.
El Cuerpo de Cristo fue milagrosamente formado y su alma creada. El
Espíritu Santo no puede ser considerado como Padre de Cristo, porque no
engendró, sino que formó y creó, como queda dicho. (Cf Concilio XI de Toledo, año
675, D. B. 282: D.S. 533).
Pero el milagro de esta unión substancial de Alma y Cuerpo de Cristo consistió
en que no resultó persona humana. (Cf Ripalda, Catecismo) El hecho de tomar
para Sí y unir Consigo esta Alma y Cuerpo de Cristo, se llama Asunción; pues el
Verbo es quien se dignó elevar y unir a Sí esta Humanidad milagrosamente concebida.
Este elevar hasta unir es "asumir".
La Naturaleza Humana y la Naturaleza Divina son dos esencias realmente distintas,
aunque unidas en la Persona Única del Verbo.
A este único ejemplo de unión se llama Unión Hipostática o Personal; porque
se hizo en el mismo Supuesto o persona o Hipóstasis del Verbo. Supuesto,
Hipóstasis y Persona, según Santo Tomás, significan lo mismo: distinto singular
subsistente en la naturaleza racional.
La Unión Hipostática es Personal y Substancial, no accidental; porque en realidad
de verdad el Verbo se hizo hombre. Luego Cristo es Dios porque esta gracia de
la Unión Hipostática sólo puede realizarla en Si la Persona Divina Asumente.
La gracia de la Unión Hipostática asume toda la Humanidad de Cristo: todo
el cuerpo y toda el Alma substancialmente unidos. (Cf Col. II - 9)
Y una vez asumida la Humanidad de Cristo, no puede separarse del Verbo: esa
Unión Substancial es de suyo indisoluble: "puesto que permanece
eternamente, tiene el Sacerdocio Sempiterno (Hebr. VII - 24). El Sacerdocio de
Cristo es oficio del Hombre - Dios, cuyo Reino, además, no tendrá fin (Cf. Luc.
I - 32 - 33). Luego la Unión Hipostática es para toda la eternidad.
De este modo, Cristo es Persona Increada por ser increada la Persona Divina
del Verbo e increada su Naturaleza Divina. Pero es creada su Naturaleza Humana.
Antes de la Unión Hipostática no existía la Humanidad de Cristo. Esta
empezó a existir en el instante mismo de la unión Hipostática. Por eso hemos
insistido repitiendo esta frase: "en el mismo instante". Y por
"instante" no se entiende ni siquiera un brevísimo punto del tiempo
presente, sino el nexo entre el pretérito y el futuro. La Unión Hipostática fue
instantánea sin punto ni sucesión, sin "antes" ni después; fue un acto puro: la Naturaleza Humana
de Cristo fue creada en su asunción o asumida en su creación.
Estas últimas palabras nos suministran un argumento decisivo para
justificar en teología el reconocimiento que la Iglesia hace de la Maternidad
Divina; María es la Theotókos, Deigenitrix, Deípara, Teonantzin o Madre de Dios,
pues es el Verbo quien se encarna en sus entrañas y es por Ella dado a luz.
Con estas distinciones nos damos cuenta que se presta a tergiversaciones y hasta
a herejías el tratar de Cristo únicamente en cuanto hombre con exclusión
absoluta de su Divinidad, y viceversa: tratarlo sólo como Dios, cual si no
tuviera naturaleza Humana.
Y también es herejía decir que la Encarnación implica una mutación en Dios Inmutable.
No. La esencia divina permanece inmutable, e Inmutable la Santísima Trinidad, cuyos
actos eternos e infinitos son esencialmente inmutables. La formación del Cuerpo
y la creación del alma de Cristo, esto es, la creación de la naturaleza Humana
de Cristo; la Asunción misma y la Unión Substancial con la Persona del Verbo
son obras de las Misiones Divinas, son actos ad extra que se realizan en el
tiempo ante la infinita serenidad de la eterna inmutabilidad de Quien los realiza.
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