10.- LA INTERROGANTE Y LA
INQUISICION DEL COMO
¿Cómo puede concertarse esta dualidad en unidad y Unidad en dualidad? Sólo
por el dogma de la Encarnación, en que resplandece esta única verdad: "El
Verbo se hizo carne" (Jn. 1 - 14).
"El Verbo": Unigénito del padre que nos mostró su gracia y su
verdad.
"Carne": humanidad tangible- que convivió con nosotros y por
nosotros fue sacrificada.
"Se hizo": Asumió y personificó lo nuestro para ser de nosotros y
nosotros fuéramos de Él.
La Segunda Persona de la Santísima Trinidad opera ad extra por su propia Naturaleza
Divina y opera como propia en su Divina personalidad por la Naturaleza Humana que
milagrosamente ha sido concebida y dada a luz por María.
Que la Naturaleza Divina opere ad extra y produzca efectos divinos, es
propio de Dios. Pero que la Naturaleza Humana opere y por sus actos sean producidos
efectos superiores a su condición humana y sea una sola cosa con la Persona del
Verbo: esta es la incógnita cuyo solo planteamiento nos acerca a la solución.
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Tomando en cuenta todos estos datos y reflexiones, la Iglesia Católica siempre
ha creído como Dogma de Fe:
a) Que la Segunda persona de la Santísima Trinidad, esto es, el Verbo
Consubstancial al Padre y al Espíritu Santo, sin dejar su propia Personalidad y
Naturaleza Divina, asumió la naturaleza Humana que el Espíritu Santo hizo
concebir milagrosamente en el Seno Purísimo de María.
b) Que Ambas Naturalezas son perfectas en sí mismas
y aunque unidas en la Persona del Verbo, no se mezclan ni confunden: de modo tal
que el Verbo actúa o por Una sin abandonar la Otra o por Ambas a la vez, siendo
uno solo el sujeto de cada operación: el Verbo.
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