SEGUNDA PARTE
Sobre lo que creen y practican Gonzalo Vega y sus falsos
cristianos, en comparación con lo que creían y practicaban los primitivos y
verdaderos cristianos.
Gonzalo Vega se ilusionó y nos engañó al apropiarse el
nombre de "Cristianos", porque: "Cristianos" es el nombre
que los habitantes de Antioquía impusieron al grupo de bautizados que seguían
la doctrina y prácticas enseñadas por San Pedro y los Apóstoles en nombre y por
mandato de Cristo. (Hechos XI- 26).
Es así que ni Gonzalo Vega ni sus sectarios cumplen la
doctrina de Cristo ni practican sus enseñanzas ni están unidos a San Pedro y
los Apóstoles en sus legítimos Sucesores;
Luego ni Gonzalo Vega ni sus seguidores merecen el nombre
de cristianos. Prueba:
No siguen la doctrina de Cristo ni la practican:
a) Porque
rechazan la Tradición Apostólica;
b) Porque
repudian al Sacerdocio, y con él a la Jerarquía y al Magisterio Eclesiástico,
c) Porque repudian al Santo Sacrificio de la Misa;
d) Porque repudian los demás Sacramentos;
e) Porque rechazan como idolátrico el culto a la
Santísima Virgen María;
f) Porque se mezclan con herejes, precisamente por ser
herejes.
A.- RECHAZAN LA
TRADICIÓN APOSTÓLICA
En la secta, Gonzalo Vega ha impuesto como única regla de
fe y costumbres, a la Biblia, y es característica suya centrar su atención en
el Antiguo Testamento y sentirse hijos del patriarca Abraham.
Además, la traducción que adoptaron es la de Cipriano de
Valera y Casiodoro Reyna, que está en uso exclusivo entre los protestantes de
habla hispana; le faltan siete Libros completos y pasajes de dos Libros, que
los protestantes tienen por falsos, pero que la Iglesia Católica define como
auténticos.
Al tener por exclusivo y definitivo este texto bíblico
mutilado, rechazan en absoluto la Tradición Apostólica que la misma Biblia y el
Magisterio Eclesiástico definen por Revelación Divina.
Difieren de la verdadera Iglesia de Cristo en que Ésta
conserva como depósito sagrado la Tradición Apostólica en sus doctrinas y prácticas
constitutivas. Por tanto, no pertenecen a la verdadera Iglesia de Cristo ni merecen
el nombre de cristianos.
Los primeros cristianos, convertidos a la fe por boca y
palabra de los Apóstoles, recibieron de sus labios las enseñanzas fundamentales
y de su ejemplo las prácticas constitutivas, como palabra y mensaje divino.
Cristo dijo: "Id y enseñad"; no dijo: "Id y escribid". La comunicación
natural de la voz había de ser el vehículo de la Buena Nueva.
El primer escrito neotestamentario fue el Evangelio de
San Mateo, redactado hacia el año 54. Cristo murió en el año 33 ó 37. Luego durante
17 ó 21 años y por todo el tiempo que tardaron en circular las copias a mano de
éstos escritos, los primeros cristianos no se guiaron por ningún escrito para
creer y practicar. Sólo tuvieron la palabra hablada de los Apóstoles y sus
prácticas cultuales, sacramentales y organizativas. Esta es la Tradición Apostólica,
la cual rigió en todo el siglo apostólico mientras se completó el Nuevo Testamento
y llegó a todos los lugares en que había cristianos.
Muchos de ellos murieron antes de haber leído una sola
letra de los Evangelios o de las Cartas, o de los Hechos o del Apocalipsis.
Pero habían creído y sido bautizados, habían vivido en el seno de la Iglesia y
habían practicado sólo por la transmisión oral de la predicación apostólica.
Luego vivían de la Tradición de los Apóstoles.
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