martes, 24 de marzo de 2015

Algunas Objeciones de los Testigos de Jehova(cont.)

La Tradición Apostólica tiene el mismo valor que la Sagrada Escritura, pues los Apóstoles indistintamente instruían a los fieles usando ambos medios: veamos este ejemplo: "Sed constantes y mantened fielmente las tradiciones en que fuisteis adoctrinados, ya sea de viva voz, ya por carta nuestra" (II Tes. II - 15). "De viva voz" es la Tradición: "por carta nuestra" es la Escritura.

Recibir y transmitir constituye una Tradición. San Pablo así lo hace constar en I Cor. XI-23:“ ..
Pues yo recibí del Señor lo mismo que os transmití a vosotros ..."  Les habla de la Misa o Cena del Señor, que los Corintios ya celebraban antes de que San Pablo les consignara por escrito lo que ya antes les había enseñado de palabra. Luego las enseñanzas de los Apóstoles o Tradición Apostólica
fueron constitutivas, instructivas y Palabra de Dios.

Paralelamente a la Tradición tenemos la Biblia. Y la tenemos íntegra y pura. El Protestantismo, después de robarnos la Biblia, la mutiló quitándole siete Libros. Estos Libros son: Tobías, Judit, Sabiduría, Eclesiástico, Baruc, I y 11 de los Macabeos. Además, suprimieron pasajes de Esther y Daniel. Al principio de su separación, Lutero suprimió Libros y partes del Nuevo Testamento, pero sus amigos lo persuadieron que los reconociera. Actualmente los protestantes editan mutilado el Antiguo Testamento pero íntegro el Nuevo.

Tú mismo reconoces, Testigo, que la Biblia no se puede cambiar ni eliminar. Efectivamente, el mismo Espíritu Santo sella toda la Revelación desde el génesis hasta el Apocalipsis, con estas palabras: "Si alguno añadiere algo a ellas, Dios añadirá sobre él las plagas escritas en este Libro. Y si alguno quitare algo de las palabras del Libro de esta profecía, DIOS quitará su parte del árbol de la vida y de la Ciudad Santa que han sido descritas en este Libro" (Apoc. XXII, 18-19). Quiero preguntarte, estimado Testigo, y me lo vas a decir en tu próxima carta: ¿Por qué los Testigos de Jehová se hicieron responsables de quitar y añadir y hasta adulterar a ciencia y conciencia la Palabra de Dios? ¿No crees que los que hicieron este pecado merecen que les caiga la maldición que Dios escribe en estos versículos? i Bastaría esto para huir de ellos !

La Iglesia ha velado siempre por la conservación y pureza del Texto Sagrado, pues cumple el mandato del Espíritu Santo cuando dijo por San Pablo a la Sucesión Apostólica: "Oh, Timoteo conserva el Depósito dando de mano a las profanas palabrerías y contradicciones de la mal llamada ciencia, de la cual algunos, haciendo alarde, erraron
en la Fe". (I Tim. VI - 20).

Nadie ha trabajado tanto por la Biblia, pues los mismos protestantes se quedan estupefactos cuando conocen los Institutos Bíblicos Católicos de Roma y Jerusalén. Este último conserva la Biblioteca Escriturística más grande del mundo. Y así en todas las naciones, sin hacer alardes como los Testigos, que mantienen una enorme y modernísima editorial en Broocklyn y otras partes, pero para difundir errores corrompiendo cada vez más el Texto Sagrado y su auténtico sentido.

La Iglesia, al recibir la Biblia y la Tradición Apostólica, recibe también el Magisterio para conservarla, interpretarla y enseñarla a los fieles. Lee lo que dijo Nuestro Dios y Señor Jesucristo, cuando encomendó la Iglesia a San Pedro: "Apacienta mis corderos... Pastorea a mis ovejas" (Jn. XXI, 15-17). Se entiende que en una Institución como la Iglesia, en la que se encomienda la conducción de las almas a la vida eterna, esto se hará por la verdad sin mezcla de error alguno, y  que en ella ha depositado Cristo los medios de salvación, como son los Sacramentos, la Gracia, la Divina Revelación. Luego le compete administrar estos medios, y por lo mismo, interpretar la Revelación y enseñarla. Así lo estableció Cristo cuando mandó a los Apóstoles: "Id y enseñad". Id, los constituye en mensajeros, en auténticos Misioneros con mandato y misión divina, y su oficio es enseñar: ¿qué? el Divino Mensaje, la Buena Nueva; y ésta se encuentra en la Tradición y en la Biblia. Luego la Iglesia tiene potestad para interpretar la Divina Revelación y enseñarla a los fieles.

Dices que "ningún mandato debe estar sobre las Santas Escrituras". Así lo creo y así se nos enseña en la Iglesia. Pero el Magisterio Eclesiástico instituido por Cristo no está sobre la Escritura ni sobre la Tradición de los Apóstoles. El Magisterio está al servicio de la Palabra de Dios, no para añadir ni quitar, sino para conservar, interpretar y enseñar.

Tú te has rebelado contra este Magisterio divinamente instituido, y en lugar de hacer caso a la Iglesia, te has enseñado a ti mismo. Te creíste a ti y no a la Iglesia. Y por huir del yugo suave de la Santa Madre Iglesia, caíste bajo la tiranía de esos gringos que en sus libros interpretan por sí mismos, sin autoridad divina, pero eso sí, con una imaginación desorbitada la Sagrada Escritura; la tuercen conforme sus conveniencias y se erigen en Magisterio Infalible para lograr ganancias pecuniarias con la Palabra de Dios.

Y sin embargo, Cristo dijo a los Apóstoles y en ellos a sus legítimos Sucesores: "El que a vosotros oye, a Mí me oye; y el que a vosotros desprecie, a Mí me desprecia; mas el que me desprecia a Mí, desprecia al que me envió". (Luc. X-16).

Ni los fundadores ni los dirigentes de los Testigos de Jehová son sucesores de los Apóstoles ni ja- ' más han recibido mandato divino, La suplantación que hacen excluyendo al legítimo Magisterio, es  
desprecio de los Apóstoles, del mismo Cristo y de Quien lo ha enviado.


                                                                                                                   Medita esto y respóndeme.

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