miércoles, 29 de junio de 2016

Cristianos Verdaderos y Falsos Cristianos(cont.)



Después, las cartas de San Clemente Romano, San Ignacio de Antioquía, San Policarpo de Esmirna, Papías de Hierápolis, la Epístola de Bernabé, el discurso a Diogneto y el Pastor de Hermas.

Todos estos escritos nos introducen en el mundo primitivo del Cristianismo, hablándonos con la gran claridad de nuestra época actual: su lenguaje y sus prácticas no son extraños a ningún católico de los tiempos modernos.

Subsiguientemente, los Santos Padres, varones sabios y asistidos por Dios, serían testigos y eco transmisor de la misma doctrina y las mismas prácticas con gran claridad y certera explicación. La exégesis y la teología se desarrollan en sus escritos monumentales.

Pregunto ahora: ¿procedió Gonzalo Vega conforme a la Tradición Apostólica o consultó los escritos primitivos o el testimonio de los Santos Padres para poder gloriarse de haber encontrado al cristianismo primitivo? ¿ No es, más bien, una deformación herética del cristianismo lo que nos presenta , y una usurpación audaz del nombre cristiano con gran ridículo de su parte?.

Se ve que no consultó sino con su soberbia y con sus cómplices norteamericanos protestantes: establecieron un gran negocio disfrazado de cristianismo, donde él mismo administra con el acierto de un próspero empresario.

B.- REPUDIAN AL SACERDOCIO Y, CON ÉL, A LA JERARQUÍA Y AL MAGISTERIO ECLESIÁSTICO

Jesucristo Nuestro Señor, Sumo y Eterno Sacerdote, posee en Si mismo la plenitud del Sacerdocio para glorificar al Padre en el Espíritu Santo y para salvar y santificar a las almas.

Más por el hecho de fundar su Iglesia y haber establecido en ella un Sacrificio y Sacramentos, transmitió sus poderes sacerdotales a los Apóstoles para que éstos aplicaran la Redención a la humanidad: "Como el Padre me ha enviado, también Yo os envío a vosotros. Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: Recibid el Espíritu Santo; a quienes perdonareis los pecados, les quedan perdonados, y a quienes los retuviereis, les quedan retenidos" (Jn. XX - 21-23).

Este poder sacerdotal debía transmitirse con la Sucesión Apostólica, pues si la Iglesia había de permanecer hasta el fin de los tiempos debía conservar su esencia tal como Cristo la constituyó, a pesar de la mortalidad humana de los Apóstoles. Y de hecho, el poder sacerdotal fue transmitido a los colaboradores y Sucesores de los Apóstoles: "Y habiéndoles puesto de su mano presbíteros en cada Iglesia ...", nos dicen los Hechos, (XIV- 23). "De su mano" quiere decir que, habiéndoles impuesto las manos y siendo ellos mismos autores voluntarios de esa transmisión, con rito instituido por los mismos Apóstoles para transmitir el poder sacerdotal, como se lee en la ordenación de los Diáconos: "les impusieron las manos" (VI - 6), Y en la ordenación de San Pablo y San Bernabé: "habiéndoles impuesto las manos..." (XIII-3).
Los primeros cristianos reconocían, respetaban y obedecían a los Sacerdotes. En la Didajé se lee: "Hijo, te acordarás noche y día del que te habla la palabra de Dios y le honrarás como al Señor, porque donde se anuncia la majestad del Señor, allí está el Señor.
Buscarás cada día los rostros de los santos para descansar en sus palabras... No los desprecies, porque ellos son los honrados entre vosotros, juntamente los profetas" (XV - 1-2).


Es lo que San Pablo escribiría después: "Acordáos de vuestros guías... obedeced a vuestros guías y mostradles sumisión..." (Hebr. XIII - 7; 17). Asimismo, en las Epístolas a Timoteo y Tito, a quienes escribe para darles instrucciones en orden a sus Diócesis y cómo custodiar el Depósito de la Fe, y reafirma su autoridad a pesar de las apariencias humanas: "que nadie te menosprecie por tu juventud". (I Tim. IV - 11). 



lunes, 27 de junio de 2016

Cristianos Verdaderos y Falsos Cristianos(cont.)



Los primeros cristianos aceptaban las enseñanzas de Cristo testimoniadas por los Apóstoles de viva voz: “habiendo vosotros recibido la palabra de Dios que de nosotros oísteis, la abrazasteis no como palabra de hombre, sino tal cual es verdaderamente, como palabra de Dios, la cual obra eficazmente en vosotros los creyentes” (I Tes. II – 13).

San Pablo ordena la conservación de la Tradición oral y la equipara en dignidad a la palabra inspirada escrita: “Sed constantes y mantened firmemente las tradiciones en que fuisteis adoctrinados ya sea de viva voz, ya sea por carta nuestra”. (II Tes. I – 15).

Y no se diga que las enseñanzas de los Apóstoles después fueron todas redactadas por inspiración divina e incluidas en lo que forma el Nuevo Testamento; pues consta que muchas, la mayoría, no fueron incluidas en los escritos, sobre todo las prácticas constitutivas, de cuya tradición vive el culto divino y vienen a interpretar prácticamente lo que se halla escrito. En cuanto a las enseñanzas, basta decir que por tradición fueron identificados los libros de la Biblia. Efectivamente, basada en la Tradición Apostólica, la Iglesia definió como divinamente inspirados los Libros Sagrados, porque su lista no se halla en el texto de la Biblia.

Como condición y base indispensable, quedó indeleble en la memoria de los pueblos el Símbolo de la Fe o Credo Apostólico, con sus doce artículos fundamentales que exigieron los Apóstoles antes de administrar el Bautismo.

Ahora bien; no por los Apóstoles ni por inspiración divina, pero sí por manos humanas y devotas, nos quedaron algunos vestigios de la tradición Apostólica en los escritos de los primitivos cristianos que oyeron a los Apóstoles o recibieron su transmisión inmediata. De los escritos que escaparon de la hoguera de las persecuciones, conservamos aún:

La Didajé o “Doctrina de los Doce Apóstoles”: catecismo, ritual devocionario y guía administrativa de la organización cristiana. Se remonta a los años 70 ó 90, y algún crítico la sitúa antes de escribirse San Mateo, dependiente solo de la Tradición.


viernes, 24 de junio de 2016

Cristianos Verdaderos y Falsos Cristianos(cont.)




SEGUNDA PARTE

Sobre lo que creen y practican Gonzalo Vega y sus falsos cristianos, en comparación con lo que creían y practicaban los primitivos y verdaderos cristianos.

Gonzalo Vega se ilusionó y nos engañó al apropiarse el nombre de "Cristianos", porque: "Cristianos" es el nombre que los habitantes de Antioquía impusieron al grupo de bautizados que seguían la doctrina y prácticas enseñadas por San Pedro y los Apóstoles en nombre y por mandato de Cristo. (Hechos XI- 26).

Es así que ni Gonzalo Vega ni sus sectarios cumplen la doctrina de Cristo ni practican sus enseñanzas ni están unidos a San Pedro y los Apóstoles en sus legítimos Sucesores;
Luego ni Gonzalo Vega ni sus seguidores merecen el nombre de cristianos. Prueba:
No siguen la doctrina de Cristo ni la practican:
a)     Porque rechazan la Tradición Apostólica;

b)    Porque repudian al Sacerdocio, y con él a la Jerarquía y al Magisterio Eclesiástico,

c) Porque repudian al Santo Sacrificio de la Misa;

d) Porque repudian los demás Sacramentos;

e) Porque rechazan como idolátrico el culto a la Santísima Virgen María;

f) Porque se mezclan con herejes, precisamente por ser herejes.


A.- RECHAZAN LA
TRADICIÓN APOSTÓLICA

En la secta, Gonzalo Vega ha impuesto como única regla de fe y costumbres, a la Biblia, y es característica suya centrar su atención en el Antiguo Testamento y sentirse hijos del patriarca Abraham.

Además, la traducción que adoptaron es la de Cipriano de Valera y Casiodoro Reyna, que está en uso exclusivo entre los protestantes de habla hispana; le faltan siete Libros completos y pasajes de dos Libros, que los protestantes tienen por falsos, pero que la Iglesia Católica define como auténticos.

Al tener por exclusivo y definitivo este texto bíblico mutilado, rechazan en absoluto la Tradición Apostólica que la misma Biblia y el Magisterio Eclesiástico definen por Revelación Divina.

Difieren de la verdadera Iglesia de Cristo en que Ésta conserva como depósito sagrado la Tradición Apostólica en sus doctrinas y prácticas constitutivas. Por tanto, no pertenecen a la verdadera Iglesia de Cristo ni merecen el nombre de cristianos.

Los primeros cristianos, convertidos a la fe por boca y palabra de los Apóstoles, recibieron de sus labios las enseñanzas fundamentales y de su ejemplo las prácticas constitutivas, como palabra y mensaje divino. Cristo dijo: "Id y enseñad"; no dijo: "Id y escribid". La comunicación natural de la voz había de ser el vehículo de la Buena Nueva.

El primer escrito neotestamentario fue el Evangelio de San Mateo, redactado hacia el año 54. Cristo murió en el año 33 ó 37. Luego durante 17 ó 21 años y por todo el tiempo que tardaron en circular las copias a mano de éstos escritos, los primeros cristianos no se guiaron por ningún escrito para creer y practicar. Sólo tuvieron la palabra hablada de los Apóstoles y sus prácticas cultuales, sacramentales y organizativas. Esta es la Tradición Apostólica, la cual rigió en todo el siglo apostólico mientras se completó el Nuevo Testamento y llegó a todos los lugares en que había cristianos.


Muchos de ellos murieron antes de haber leído una sola letra de los Evangelios o de las Cartas, o de los Hechos o del Apocalipsis. Pero habían creído y sido bautizados, habían vivido en el seno de la Iglesia y habían practicado sólo por la transmisión oral de la predicación apostólica. Luego vivían de la Tradición de los Apóstoles.  


miércoles, 22 de junio de 2016

Cristianos Verdaderos y Falsos Cristianos (cont.)




Quise enmendar mi yerro y salvar a mi familia: volví con los míos a la Iglesia Católica, volví a respirar el aire libre, donde se respeta la conciencia. . .

Ahora me siento en la obligación de transmitir mis amargas experiencias y mis tardías pero muy serias reflexiones, a los hermanos que se comprometieron con Gonzalo Vega Monroy, a fin de que retornen a la casa del Padre.

A este propósito, me serviré del mencionado folleto sin citar el nombre del Autor para no implicarlo, si vive. Con el propósito de reconocer su autoría presumiré su permiso y haré las citas de comparación contra el estado que guarda la secta de Gonzalo, tal como yo la dejé, advirtiendo que las sectas son cambiantes y tal vez al presente haya algo nuevo o retrocesos.

De lo escrito y de cuanto sigue, asumo la responsabilidad completa. Para evitar represalias de los líderes de la secta, o de ambas sectas no firmo con mi nombre sino con el seudónimo REINTEGRADO, aunque algunos ya saben de quién se trata, por haberme apartado de ellos drástica y definitivamente.
Doy las gracias a dos Respetables Sacerdotes que resolvieron mis dudas y me dieron instrucciones profundas, guiándome en la redacción de estos apuntes y pusieron a mi disposición su magnífica biblioteca. A su sabiduría y asesoramiento debo lo que presento en la segunda parte, que es la que continúa.


                                                                                                         Reintegrado.

lunes, 20 de junio de 2016

Cristianos Verdaderos y Falsos Cristianos(cont.)




Yo me coloqué al margen de las disputas y prohibí a mi familia investigar o recibir comentarios.
En aquellos días aciagos me abismé en profundas cavilaciones. Añoraba la Casa Paterna. Es verdad que, cuando éramos católicos, teníamos defectos personales, pero nunca anduvimos en pleitos de grupo tan vergonzosos como los que estábamos viendo. Y lo peor de todo fue haber perdido la Misa y la Comunión que nos reconfortaban, haber perdido la seguridad y garantía de la Iglesia multisecular, cuya historia era un respaldo de experiencia y un argumento a favor de su autenticidad. . .

Pero nosotros, ¿acaso no habíamos rescatado el nombre de "Cristianos" y retornado a la Iglesia primitiva? Por lo menos así nos parecía, pero nada estaba en claro, y de las penumbras iniciales entrábamos cada día en mayor oscuridad... me parecía que las tinieblas me cegaban.

Vino a recrudecer mi nostalgia por mi Madre Iglesia, la excomunión fulminada contra el Sacerdote Gilberto Gómez.

Este Sacerdote cayó también en el pseudocarismatismo arrastrando a las masas por su pretendido don de hacer milagros de curaciones. Se le añadieron dos o tres "ayudantes" de origen y procedencia nebulosos. Visitó los Estados Unidos, y a su regreso extrañó a sus seguidores por sus ideas protestantizadas. Exhortado por sus Superiores Eclesiásticos, no quiso enmendar su camino, sino que, formalmente, declaró su pérdida de Fe y su decisión de abandonar el sacerdocio y la Iglesia misma.

¡Otro caso más que confirmaba que el Movimiento de Renovación extremo, conduce a la superstición, al fanatismo y a la apostasía!
Buscando como en el vacío, providencialmente me fue ofrecido en la calle un folleto pobre y sencillo, cuyo título me intrigó: leíase entre afirmativo y sentencioso: "QUIÉN y QUÉ ES UN CRISTIANO".
Desde la primera página encontré un verdadero reto a mis anhelos de cristianismo auténtico al leer estas palabras firmadas por San Atanasio: "Es razonable tratar de investigar la antigua tradición, la doctrina y la fe de la Iglesia Católica, misma que el Señor comunicó, que los Apóstoles predicaron y que conservaron los Padres. La Iglesia en ella se funda, y si alguien se aleja de ella, mal podría seguir llamándose cristiano".

Entonces, a la luz de este opúsculo, comencé a examinar lo que habíamos abandonado comparándolo con lo que actualmente teníamos, y llegué al convencimiento de mi grave error, ¡de nuestro gravísimo error! : una cadena casi interminable de Autores y citas de la primitiva antigüedad cristiana son compiladas para avalar y confirmar las creencias y prácticas ininterrumpidas de la Iglesia Católica. Con Gonzalo Vega no habíamos retornado al antiguo cristianismo, sino desfigurado la fe. Me parece que para investigar su realidad humana y biológica, no se vuelve al hombre a su estado embrionario, sino se le admira en su estado perfecto, en que muestra, en plenitud, lo que en esencia el embrión contenía.


miércoles, 15 de junio de 2016

Cristianos Verdaderos y Falsos Cristianos (cont.)



Se dividieron, quedando Gonzalo en Calacoaya y radicándose Elizalde y Erdely con otros en Atizapán. Estos, que tendían al fatalismo y amenazaban a los inconformes con la condenación por predestinación, establecieron en su secta un espionaje recíproco y la obligación de denunciar a quienes atentaran contra su autoridad. Fundaron un “Departamento de investigaciones sobre abusos religiosos”, invitando a los quejosos de cualquier secta a denunciar abusos de sus propios Pastores para publicarlos con su crítica, diagnóstico y fallo Judicial.

Largo sería, para el alcance de este opúsculo, relatar los dimes y diretes de ese pleito memorable que sirvió de diversión a los lectores, pero también para destapar la sentina que la secta albergaba.

 Daré algunos pormenores:
Ángel Nava, “uno de los principales y renombrados líderes del CCC (Centro Cristiano Calacoaya), insultó soezmente a varias familias que manifestaron su deseo de salir de la secta. Ya instalados en su nueva secta, Javier Meza y Agustín Cardoso, con tres personas del sexo femenino exigieron una pública disculpa, que obtuvo el silencio por respuesta. Insistieron mediante publicaciones en ECOS (14 de julio de 1996) y denunciaron que los “cristianos” de Gonzalo Vega “utilizan información confidencial de los expedientes de Consejería Pastoral para manchar la reputación moral”.


A las quejas y argucias de Gonzalo Vega ante la Secretaría de Gobernación, respondió por el grupo opositor Hugo Elizalde, poniendo a disposición de la prensa las pruebas de los que afirmaba, y para colmo, repite en síntesis lo que anteriormente aseguraba: “Reiteramos que, dirigentes del Movimiento de los CCC han sido denunciados ante este Departamento (el de Elizalde y Erdely) por fraudes millonarios, inmoralidad sexual, feroces campañas de difamación y calumnias contra los que no concuerdan con sus extrañas creencias y vejaciones, encubrimiento, de delincuentes, uso del secreto de confesión como arma para retener aceptos en su secta. . . prácticas de hechicería produciendo pérdida de contacto con la realidad. . . exorcismos y regresiones hipnóticas al vientre materno, son prácticas comunes en el extraño mundo de Calacoaya, que afectan física y moralmente a las personas. Su apariencia es evangélica, pero en realidad es una secta metafísica, técnicas de lavado de cerebro para extraerle el dinero o bienes materiales. . . fanatismo y delirio místico.”  (ECOS, 11 julio/96).


martes, 14 de junio de 2016

Cristianos Verdaderos y Falsos Cristianos(cont.)



Nada descuidó el heresiarca asesorado por sus padrinos norteamericanos: emprendió un proselitismo domiciliar repartiendo propaganda escrita  conforme a sus novedades. A algunos que le habíamos seguido, nos envió a las casas. Sé que estos escritos tuvieron respuesta de parte del Sacerdote nuestro Antiguo Párroco, para señalar los errores y puntualizar la Fe Católica.

Desde el momento en que Gonzalo Vega se decidió a dedicarse a la fundación de la Secta, le fluyó dinero de las arcas protestantes norteamericanas. Nuestros perpetuos enemigos del Norte, siempre dispuestos a apoyar cualquier movimiento antipatriótico y anticatólico, acogieron la fundación del ya considerado “Pastor” y lo asesoraron doctrinalmente, lo respaldaron en lo económico, de suerte que, siguiendo la costumbre protestante de sobornar conciencias, pronto pudo contar con un buen número de espectadores y albergarlos en amplios locales alquilados ex profeso. Estos serían después adquiridos por la Secta y anunciados bajo el título de “Centro de fe, esperanza y amor”.

Emprendió después Gonzalo la construcción de un enorme templo en la cima de un cerro de Calacoaya, para cuya edificación esquilmó a sus sectarios con contribuciones forzadas, superiores a sus fuerzas, y se vale de mujeres fanatizadas que colectan recursos por la gran ciudad de México, sin que queden a salvo los paisanos que laboran en los Estados Unidos. Esta construcción ha absorbido el patrimonio de muchos, cuyas quejas y lamentos se filtran en el vecindario.

Y puso el demonio la señal inequívoca a su obra: la esposa, que había sido causa de esta apostasía, fue repudiada por su marido Gonzalo Vega. El jefe de la rebelión se separó de ella no obstante que la amaba y veneraba como a su oráculo.

Los seguidores quedaron escandalizados y muy tristes lamentando que “el matrimonio modelo” se hubiera desunido. Los protestantes norteamericanos protegieron a la mujer y a los hijos abandonados; pero como detectaron que era contraproducente al crecimiento de la secta el estado que vivía el líder iniciador – cualesquiera que fuesen los pretextos apoyados en su falsa interpretación de la Biblia – y como se propagaban hablillas y suspicacias, le instaron por la reconciliación: después de algún tiempo, Gonzalo optó por reconciliarse con su esposa y vivir nuevamente en su compañía.


Ante las anomalías de la secta y de sus fundadores, hubo un desconcierto interno que trascendió a la opinión pública por publicaciones que ellos mismos hicieron en la prensa local (ver “ECOS”, 21 Dic./95, a 11 de Julio/96). Hubo denuncias de chantaje moral y económico, pues las confidencias que se hicieron a Gonzalo y a sus cómplices  para suplir la confesión católica, pusieron al líder una arma poderosa para obligar astutamente a los incautos a cumplir su voluntad, permanecer en la secta o entregar su patrimonio.


lunes, 13 de junio de 2016

Cristianos Verdaderos y Falsos Cristianos(cont.)



Pero veamos cómo convenció Gonzalo Vega a quienes tuvimos la desgracia de tratar con él:

a)     Nos decía que, siendo ya todos nosotros cristianos maduros, capaces de tomar decisiones, no debíamos sujetarnos a las exageraciones doctrinales de los sacerdotes, porque el Espíritu Santo manifiesta en nuestros tiempos, nuevos derroteros a la Fe.

b)    Que la fe predicada por los Sacerdotes era detallista, legalista y con exigencias exageradas.

c)     Que, como cristianos maduros inspirados por el Espíritu Santo, no quedábamos más sujetos a la ignorancia de los Sacerdotes.

d)    Que era injusto prohibirnos el trato y comunicación con cristianos de otras confesiones, esto es, con los protestantes; pues a ellos también los alentaba el Espíritu Santo y era conveniente reunirnos.
Cuando nos tuvo catequizados, Gonzalo Vega, como Lucifer, lanzó su grito de rebelión, como si dijera: “¡no serviré!”. Y pasó de las palabras a los hechos transformando con celeridad al grupo de los que nos reunimos, y a nuestras familias.

e)     De acuerdo con sus visitantes norteamericanos, propagó que era idolátrico el culto a la Virgen María. Las mujeres que llevaban el nombre de María se lo cambiaros, u si era compuesto, lo suprimieron.

f)      No debíamos frecuentar más la Misa ni nada relativo a la Eucaristía, por parecer le igualmente supersticioso e idolátrico.


g)     Reprobaron que se diera el Bautismo a los niños y determinaron darlo sólo a los adultos, y eso por inmersión o baño total.

h)    Quedó igualmente reprobada la Confesión Sacramental y en su lugar, podían declarar sus pecados públicamente para merecer la oración de la Asamblea; o bien, declararlos a una persona de confianza. Esto último revistió una formalidad especial, estableciendo una “Consejería Pastoral”, donde se levantan expedientes minuciosos con las respuestas detalladas a preguntas íntimas y comprometedoras, cuyos pésimos resultados describiré más abajo.
Su separación fue radical y, por desgracia, también la nuestra: él con su familia y nosotros con la nuestra, emprendimos una peligrosa aventura apostatando de la Fe Católica. Comenzaba una nueva Secta, aunque nosotros creíamos que sería la misma Iglesia Católica depurada de las “exageraciones y excrecencias que por abusos seculares la habían deformado”.

i)       Y para que no extrañáramos el cambio y nos conformáramos con la idea de haber hallado la pureza y sencillez de los primeros cristianos determinaron que “recobráramos” el nombre y le pusieron a la secta “Cristianos”.

j)       La frecuencia con familias de origen protestante dio remate a esta apostasía. Satanás procuró matrimonios híbridos recomendados por Gonzalo: nuestros hijos y parientes nacidos en el catolicismo, con jóvenes de origen protestante.


k)     Los norteamericanos aconsejaron a nuestro líder imponer a los de mayor confianza compromisos personales absorbentes, de carácter exclusivo y hasta secreto.

l)       En las juntas con estos comprometidos, dictaron reglamentos y normas rígidas que se convirtieron en leyes internas.



m)  Impusieron la Biblia traducida por Cipriano de Valera para que dirigiera la fe y las costumbres. No solo circuló entre nosotros el texto tradicional protestante, sino también versiones libres de sentido interpretativo a lo herético, “obsequio” de otras sectas. En las disensiones o diferencias de interpretación, Gonzalo Vega se auto nombró árbitro inapelable.


jueves, 9 de junio de 2016

Cristianos Verdaderos y Falsos Cristianos (cont.)



En la reciente Diócesis de Tlalnepantla, donde yo residía, fueron dictadas las siguientes normas por su entonces Obispo Fr. Felipe de Jesús Cueto O. F. M.

1ª Mantenerse fiel dentro de la Iglesia Católica por la integridad de la Fe y la frecuencia de Sacramentos.

2ª Intensificar la devoción a la Santísima Virgen María.

3ª No intervenir en cuestiones ecuménicas, no promover reuniones con cristianos no católicos (porque esto corresponde a la Jerarquía).

4ª Sujetarse a las indicaciones del Sacerdote nombrado como Asistente Espiritual del “grupo de oración”.

Para el grupo al que yo pertenecía, fue nombrado como Asistente un Sacerdote piadoso, sensible y tierno, incauto y de un celo casi infantil. Lo que más le impresionaba y hasta fomentaba, eran las reuniones de cierto dinamismo exhibicionista.

 Noté que entre la literatura religiosa que se repartía entre nosotros, había algunos impresos de apariencia inofensiva a la Fe, y circulaban gracias a la disimulada propaganda realizada por un joven que se fingía católico, pero en el fondo era luterano. 
Estas hojas tendenciosas, esos folletos atractivos, contenían preguntas capciosas, fomentaban la independencia respecto a la Jerarquía, centraban toda su atención en la Fe a Jesucristo sin referencia alguna a la acción de la Iglesia ni a los Sacramentos.
Uno de los miembros más entusiastas y hasta fervoroso, era el Sr. Gonzalo Vega Monroy. Su dinamismo lo llevó a cierta osadía que introducía desorden y alguna laxitud doctrinal.

El Párroco de mi Parroquia advirtió varias veces al Sacerdote Asistente Espiritual sobre estas anomalías, pero la tendencia pseudo mística de ese Director, pretendía ver en ellas ciertas luces nuevas, escudándose en una laxa y peligrosa interpretación de este texto de San Pablo: “El Espíritu no lo apaguéis, las profecías no las menospreciéis. Probadlo-todo,quedaos-con-lo-bueno…”(I-Tes.V-19- 21).                                                                                              
 Y aquí comenzamos a ver las consecuencias.
De estas anomalías, las que presentaba la esposa de Don Gonzalo Vega eran alarmantes: algunas veces se crispó de pura histeria, y el Asistente se engañaba queriendo ver en eso algún vestigio de carisma.

Cierto día, el Sr. Vega se presentó al Párroco y le dijo que su esposa había recibido del Espíritu Santo un mensaje para él. El Párroco amonestó a Don Gonzalo que controlara los nervios de su esposa, o mejor, que la retirara del grupo de Renovación.

Por segunda ocasión se presentó Gonzalo Vega, pero ya con su esposa. Insistían en dar el mensaje. Nueva amonestación para ambos.

La tercera vez llegó Vega con su esposa y varios miembros del grupo, que flanquearon el asiento del Párroco mientras la mujer dirigía el mensaje. Según ella, le había sido revelado que en determinado día y a cierta hora, el Valle de México, y en particular el área que abarcaba el Distrito Federal, se hundiría con el consiguiente desastre y pérdida de vidas.

Entre tanto, los que flanqueaban al Párroco rezaban para que éste se convirtiera, y Gonzalo Vega, arrodillado, suplicaba al Sacerdote avisara con su autoridad a todos los habitantes por los medios de comunicación masiva.

El Señor Cura resistió sensatamente y ordenó a la mujer y a los alborotados que dejaran esas ilusiones y se centraran en la realidad de la piedad católica, bien definida por los Maestros de la Vida Espiritual.
Desde entonces, las reuniones de oración se hicieron en casa del matrimonio Vega.                                                                                                                                       Don Gonzalo convenció a algunos que el Párroco no quería escucharlos ni permitía las reuniones de oración en la Parroquia.
No fueron escuchadas las llamadas de atención que les hizo el Párroco al notar que faltaban a la misa Dominical.
Poco después, unos norteamericanos comenzaron a visitar con frecuencia a la familia Vega. Don Gonzalo renunció a su buen empleo y se dedicó exclusivamente a las reuniones de oración en su casa.


Para esto, invitó a algunos del grupo. De estos fui yo, que me dejé seducir por la palabra ardiente de este nuevo Lutero y caí en sus redes para desgracia mía. La desprevención, la falta de Sacramentos y de la Misa Dominical y mi desobediencia a mis superiores eclesiásticos me hicieron fácil presa del nuevo heresiarca.


miércoles, 8 de junio de 2016

Cristianos Verdaderos y Falsos Cristianos(inicio)




CRISTIANOS VERDADEROS Y FALSOS CRISTIANOS

                                                                                                                            Por “Reitegrado”

PARTE PRIMERA

En busca de un auténtico cristianismo

Como persona desprevenida, un católico de buena voluntad pero sin una profunda instrucción religiosa y amante de novedades, caí en las corrientes de quienes proclamaban un retorno al cristianismo primitivo.
Observé los “Grupos de Oración”, sobre todo a los más entusiastas en sus manifestaciones sensibles, lo cual me causó extrañeza, pues desde niño vi seriedad y profundidad en las oraciones de mi familia y en los templos, y me fue enseñado un profundo respeto a la Santa Misa, porque, decían mis padres, “es la actualización incruenta del mismo Sacrificio del Calvario”.
Pero me convenció saber que eran fervientes católicos, que en grupos dedicados a la oración, buscaban los carismas que, según la Sagrada Escritura, había derramado el Espíritu Santo entre los primeros cristianos, según leemos en los Hechos de los Apóstoles (cf. Act. II – 3). Más aún: escuché que entre ellos corría el dicho de que no se podía poseer el verdadero cristianismo si no se gozaba práctica y experimentalmente de los carismas extraordinarios y si no se recibía sensiblemente la visita del Espíritu Santo en la propia persona; algo así como una posesión física con el gozo experimental de sus carismas.
Pues bien; ingresé en uno de estos grupos, pero no me satisfizo. Me pareció que la excitación de los sentidos desviaba y hasta estorbaba la elevación del espíritu.
Y creo que me asistía la razón, pues no es esto una simple devoción nacida del pueblo católico ya que la religiosidad popular, aunque libre en sus manifestaciones, guarda cierto decoro y devoción antigua y está regulada por la Jerarquía Eclesiástica, es utilizada rectamente para los fines del culto divino y hasta del mismo culto litúrgico; pero las expresiones de estos grupos que se dicen carismáticos, nada de católico tiene. Son una novedad dentro de la Iglesia Católica, pero tan pujante, que constituyen un verdadero “movimiento”.
Al conocer su origen, pude calificar a este movimiento de peligrosa infiltración protestante. ¿Porqué entonces, se propagaba al interior de la Iglesia? Porque cundió con entusiasmo entre los jóvenes católicos norteamericanos que experimentaron orar junto con jóvenes protestantes, y de su resultancia cundió también ente los adultos.
El movimiento traspasó las fronteras de la Unión Americana. La Jerarquía de varios países, alarmada, estudió el caso y discernió que podría compaginar con la piedad católica si se orientaba lo fundamental del movimiento; que no era conveniente desalentar con prohibiciones el entusiasmo juvenil, pero en prevención, debía vigilarlos y dirigirlos para que no se desviaran de la Fe Católica.

La Jerarquía reestructuró ese movimiento desde el nombre, la organización interna y las finalidades. Y en cada Diócesis en que surgiera, sería nombrado por el Obispo un Sacerdote que presidiese como Asesor. Así mismo, según el ambiente y las necesidades pastorales, debía el Obispo dictar normas que obligarían a cada “grupo de oración” para su buen desarrollo.


viernes, 3 de junio de 2016

La Eterna Generación del Verbo (fin)




14/c.-"... y contemplamos su gloria...".-Testigo de Jesús hasta los confines del orbe (Cf. Act. I-8), San Juan no se contenta con transmitir la revelación profunda que ha recibido por el Espíritu Santo al contemplar al Verbo en su "principio" y en su identidad con Dios; también avala con su autoridad de testigo ocular la gloria que repetidas veces se dejó traslucir en Jesús, especialmente en el monte Tabor. (Cf. Mfh. XVII-I-13; Mc. IX-2-13; Luc. IX-28-36). Y así podía escribir en su primera Epístola: "Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que contemplamos y nuestras manos tocaron acerca del Verbo de la vida, y la vida se manifestó y damos testimonio y os anunciamos la vida eterna, la que estaba cabe el Padre y se manifestó a nosotros; lo que hemos visto y oído, os lo enunciamos también a vosotros" (I-I-3). Lo mismo dirán de palabra los demás Apóstoles: Santo Tomás repetiría con experiencia inefable: "nuestras manos tocaron" hasta caer rendido y confesando de hinojos: "¡Señor mío y Dios mío!" (Jn. XX-28). Por su parte, el Príncipe de los Apóstoles redacta, inspirado, un texto paralelo llamándose a sí mismo y a los otros Apóstoles "testigos oculares de su majestad" (II-I-16).

14/d.-". . . gloria cual del Unigénito del Padre. . . ".-  El testimonio del mismo Padre Celestial nos cerciora: "Pues al recibir de Dios Padre honor y gloria cuando desde aquella magnífica gloria se le hizo llegar esta voz: Este es mi Hijo muy amado en quien me complazco" (II Petr. I-17).


14/e.-"... lleno de gracia y de verdad".-Lleno, pleno, pues "en El habita corporalmente toda la plenitud de la divinidad" (Col. II-9). La Gracia en su plenitud, o por mejor decir, el manantial de la Gracia, lo es el Verbo. Para eso vino como don o gracia que el Padre concedía a los hombres, y para transfundir la gracia en los hombres. "Tanto amó Dios al mundo que le dio a su Hijo Unigénito, a fin de que todo el que crea en El no perezca, sino alcance la vida eterna" (Jn. III-16). -La Verdad es el mismo Verbo, pues el entendimiento del Padre, entendiendo y comprendiendo perfectísimamente su propia esencia, sólo puede engendrar una Idea substancial identificada con la Verdad Absoluta de Aquel-que-Es. Cristo mismo lo confirma: "El Padre y Yo somos una misma cosa" (Jn. X-30).


miércoles, 1 de junio de 2016

La Eterna Generación del Verbo (cont.)




-13.- "Los cuales no de la carne ni de la sangre ni de la voluntad de varón, sino de Dios nacieron".- Las características de este nuevo nacimiento no deben confundirse con las de la generación carnal, ni con los simples pactos, alianzas compromisos humanos. Jesús advierte a Nicodemo: “Si uno no fuere engendrado de nuevo, no puede ver el Reino de Dios”, y repite para despejar sus carnales prejuicios: "Quien no nace del agua y del Espíritu" no puede entrar en el Reino de Dios; lo que nace de la carne, carne es, y lo que nace del Espíritu, espíritu es…" (Jn. III-3: 5-6). San Pedro explica admirablemente esta divina filiación diciéndonos que se realiza por la graciosa donación de la vida y la piedad, y, mediante la vocación a su conocimiento y el cumplimiento de sus promesas, elevarnos a la participación de la vida íntima de la Santísima Trinidad: "participantes de la divina naturaleza" (II Petr. 1-4; Cf. lb. I-3).

14.---La sublime introducción desemboca como caudaloso río en el mar de una revelación extraordinaria de contenido inagotable. Parece un relámpago sorpresivo que irradia desde el seno mismo de Dios para anonadar la mente humana. Analicémoslo:

14/a.-"Y eI Verbo se hizo carne...".-Es la Encarnación de la Segunda Persona de la Santísima Trinidad. Aquel que, siendo la Idea Substancial del Padre, existe desde toda la eternidad, asume la naturaleza humana. ¡Contraste abismal! Es el mismo pensamiento que repite San Pablo: "El cual (Jesucristo), subsistiendo en la forma de Dios (preexistiendo en la naturaleza y esencia divina), no consideró una usurpación el ser igual que Dios (pues le compete esencialmente, como que es engendrado por el Padre); antes se anonadó a Sí mismo (escondiendo los destellos de su gloria esencial), tomando forma de esclavo (es decir, tomando la naturaleza humana), hecho a semejanza de los hombres ("probado en todo a semejanza nuestra excluido el pecado" -Hebr. IV-15) y, en su condición exterior (en su presencia sensible), presentándose como hombre" (Phil. II-6-7).

Y para que nadie afecte ignorar que se refiere a Jesucristo, el mismo San Juan había escrito en su primera Epístola: "Todo espíritu que confiesa a Jesús como Cristo venido en carne, es de Dios" (lV-2); esto es, como el preexistente a su aparición en la naturaleza humana: la unicidad de la Persona del Verbo en Cristo Jesús, se llama "el Misterio de la Unión Hipostática".


14/b.-"... y habito entre nosotros...".- 0 "fijó su tienda". Se cumple aquí lo que de Sí mismo decía el Verbo o Sabiduría de Dios: "Mis delicias es estar entre los hijos de los hombres" (Prov. VIII-31). Ya entre nosotros, "discurrió por todas partes derramando bienes", nos dice San Pedro (Act. X-38).