martes, 7 de abril de 2015

Algunas Objeciones de los Testigos de Jehova(cont.)

OBJECIÓN 9.- NO HAY TRINIDAD.
Yo me puse a estudiar las Escrituras griegas desde sus textos originales y pude concluir que la Trinidad es un enredo insoluble. Todo ha sido prefabricado por expertos en filosofía y enredadores
de sofismas.

SOLUCIÓN 9.- NO CONSULTAR AUTORES SOSPECHOSOS.
Te felicito, porque, siendo tú tan joven y careciendo del conocimiento de tu lengua materna (lo demuestras en tu discurso y en tus escritos), pudiste triunfar en el dominio del griego y de sus inflexiones y particularidades bíblicas.

Lo que afirmas es una simple repetición de lo que te dicen los fraudulentos herejes de la Torre.

Sé humilde y acógete a quienes deveras saben y están autorizados por la Iglesia, como nuestros Doctores en ciencias bíblicas, que cuentan con los códices más antiguos.

Los traductores de "Nuevo Mundo" evidentemente esconden su propia identidad (dicen que por humildad) pero por sus errores descubrimos su mala fe, y que tienen el propósito de negar la existencia del Verbo y la del Espíritu Santo.

Ni siquiera procedieron así los protestantes, contradictores de la Iglesia en todo, menos en los Dogmas de la Santísima Trinidad o la Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo.

OBJECIÓN 10.- JUAN I.- NADA PRUEBA, LUEGO NO HAY TRINIDAD.
No estoy de acuerdo en que deduzcan la Trinidad a partir de Jn. I-1, pues sólo es un versículo que habla del principio del Cosmos.

SOLUCIÓN 10.- PROFUNDO Y SUBLIME ES EL INICIO DEL EVANGELIO DE SAN JUAN.
Jn. I-1 descubre el Misterio e identidad sobrenatural y divina del Redentor. Te leeré la Nota que el R. P. José María Bover S. J. pone en su traducción de la Sagrada Biblia, versión crítica sobre los textos Hebreo y Griego, para que sepas lo que la Tradición Apostólica y la Patrística, condensadas y sistematizadas por la Teología Católica, enseñan sin esconderse en el anonimato:

JUAN I, 1-2.- EN EL PRINCIPIO: Cuando Dios creó el cielo y la tierra EXISTÍA: antes que el mundo fuera hecho, eternamente El existía.

EL VERBO: La Palabra y la razón de Dios: expresión adecuada y como concreción viviente del pensar y del ser de Dios. Todo cuanto sabe y piensa, todo cuanto es Dios, converge y se concentra
en el Verbo como en un nuevo foco de divinidad. Esta procedencia o dimanación por vía de inteligencia o imagen, es verdadera y propia generación. Por esto el Verbo es el Hijo. /ESTABA CABE DIOS: según la fuerza de la expresión original, así estaba en Dios, que estaba como vuelto hacia Dios o frente a frente de Dios. Es la inmanencia del Verbo en Dios y la relación o referencia del Hijo al Padre. / EL VERBO ERA DIOS: declaración categórica de la divinidad del Verbo. Es de notar la diferencia entre la expresión articulada el Dios, con que se designa al Padre, y la inarticulada Dios, que se atribuye al Verbo. Esta diferencia, lógicamente, es lo que media entre el sujeto y el predicado: ontológicamente, es la que va de persona a esencia o naturaleza." (Hasta aquí el P. Bover).

Entre creerle a los comerciantes de la Torre, a creerle a los Ministros de Dios que se han consagrado a Dios en cuerpo y alma, y han heredado y cultivado una sabiduría profunda y verdadera; prefiero creer a quienes me entregan una verdadera traducción, que no a los editores de revistas que tratan de sorprendernos con novedades cada vez más audaces.

Este es el Verbo que se hizo carne, es decir, tomó en toda su realidad la naturaleza humana para hacerse hombre verdadero. Y sin dejar de ser Dios, posee dos naturalezas: la divina en cuanto Dios y la humana en cuanto hombre; y es una sola Persona que es la Divina, pues en Cristo no hay persona humana. Todo esto lo puedes encontrar en el Catecismo que ya has olvidado. Recuerda que dice: "La Fe de este Misterio consiste en creer. .." No nos dice que la "explicación" de este misterio consiste en "saber" o "conocer" o "comprender", sino que ha de dársele fe, creyendo.
Y tú has perdido la Fe, porque la exaltación patológica de los Testigos de Jehová te ha envanecido, te ha ensoberbecido y no inclinas reverentemente la frente ni rindes tu entendimiento a lo que Dios ha revelado. Desde Que el heresiarca Arrio se atrevió a proferir esta blasfemia, nadie la había repetido hasta Que aparecieron los enemigos de Dios, Que son los llamados "Testigos de Jehová".


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