lunes, 15 de agosto de 2016

Cristianos Verdaderos y Falsos Cristianos(cont.)




¿PORQUÉ ADOPTARON EL NOMBRE DE

“CRISTIANOS”?

a).- Lo usurparon, como queda demostrado. Al usurpar un título que no les pertenece, usurpan en el mismo golpe su historia, sus méritos, su fama universal. Hacen rememorar, por este nombre, lo que la Iglesia Católica muestra al mundo y a la historia en sus Apóstoles, Pastores, Doctores, Confesores, Vírgenes, Monjes, Ascetas, Místicos. . . Nunca hubieran creído los Mártires que, después de haber ellos afrontado los tormentos y la muerte con su perseverante “soy cristiano”, andando los siglos Gonzalo Vega y cómplices, elegantemente vestidos de casimir inglés, cómodamente arrellanados frente a lujoso escritorio, trazarían planes para usufructuar los méritos de su martirio con sólo organizar una secta de engañados que repitieran “soy cristiano”, ¡y precisamente para destruir al verdadero cristianismo!.

Esperaban impresionar a sus adeptos con una historia que no han vivido y que sólo han escrito con su fidelidad y su ortodoxia invariable los auténticos cristianos: aquella historia que firmaron en su sangre innumerables Mártires que sí amaban a Cristo; no los que dijeron con soberbia: “No le serviré”.

b).- Como un signo patente de esta rebeldía, Gonzalo Vega emprende la construcción de un gran templo sobre una colina de Calacoaya. Es un modo sutil de esclavizar a cuantos han creído en sus embustes: los ha comprometido a cooperar a marchas forzadas y ha absorbido la fortuna de muchos. Preocupados por el edificio, no miran a su alrededor y se fanatizan más y más.

Debemos reflexionar, hermanos, que la lucha presente no es un concurso de Arquitectura o de albañilería, sino una confrontación teológica en que va, nada menos, que la salvación de nuestras almas: se confronta lo que dice la Iglesia Católica con lo que contradice Gonzalo Vega.

Sí se tratara de concursos arquitectónicos, aún en ese terreno material ganaría la Iglesia, pues el menor de nuestros templos reserva la grandeza de las generaciones antiguas. ¿Podrá compararse la aparatosidad de ese “templo” con Santa Prisca de Taxco o Santa Clara de Querétaro? Ni compararlo con la Catedral de Puebla o la de Guadalajara, la de Chihuahua. . . la de México, considerada ésta como el monumento religioso más importante de América. ¿Podrá alguien comparar la construcción de Gonzalo con la Catedral de Milán, riquísima en su material y perfecta en su estilo? ¿Habrá alguna semejanza entre los alardes exhibicionistas de Gonzalo y de otras sectas, con la Basílica de San Pedro, donde la humanidad ha reunido los tesoros de muchas generaciones para culto de Dios? ¿Y Santa Sofía de Constantinopla, construida por el Emperador católico Justiniano, envidia de los musulmanes que la retienen cautiva desde hace mil años, habrá de avergonzarse ante los balbuceos constructivos de Gonzalo Vega?.

Que gire su vista por el orbe católico y vea preciosidades erigidas a la gloria de Dios; la Basílica de la Inmaculada Concepción en Washington, la de San José de Mont-Royal en Montreal, la Catedral de Burgos, la Basílica de Nuestra Señora de Luján en Argentina. . .

Las maravillas que ha levantado por el mundo la Iglesia Católica sólo son un signo de la verdadera Iglesia cono institución Divina; y se les ha colmado de preciosidades porque en ellas se celebra el Santo Sacrificio de la Misa y porque albergan, en un solo punto del espacio, al Hijo de Dios en el milagro de la Eucaristía, ante el cual se eclipsa toda grandeza material y resplandece igual así en las suntuosas Basílicas como en las más humildes ermitas.

¿Tiene la estructura de Gonzalo este sentido espiritual o este Tesoro Divino?
¡ ¿Qué no hagan el ridículo quienes ensayan ese “cristianismo” superpuesto. La estructura de Gonzalo es tan sólo un monumento a la apostasía !


Abran los ojos, hermanos, y no se dejen cautivar. La confrontación no es arquitectónica ni de pujos económicos, sino teológica: es la verdad comparada con el error; la Gracia Santificante contrapuesta al pecado.


No hay comentarios:

Publicar un comentario