viernes, 4 de julio de 2014

Sobre las sectas protestantes (cont.).

LOS "TESTIGOS DE JEHOVÁ"

De todas las sectas protestantes, la peor y más furibunda es la super - herética secta de los "Testigos de Jehová". Y digo la peor, porque a todas las negaciones y herejías de sus antecesores protestantes, añaden otras peores. Por ejemplo:

a) que no existe el Misterio de la Santísima Trinidad;

b) que Jesucristo no es Dios;

c) que el hombre no tiene alma,

d) otras monstruosidades y ridiculeces.

La férrea organización de la Secta, controlada por zonas y distritos con métodos de espionaje y claves, por los ocultos dirigentes que dominan desde la Watchtower en Brooklyn, N. Y., hace esclavos de la organización a quienes han tenido la desgracia de aceptar su propaganda.

Jamás encontraremos, entre los que abrazan el Protestantismo, a personas instruidas en su Fe Católica, ni a personas que han practicado fervorosamente todos los medios de salvación que Dios ha depositado en nuestra Santa Religión (Sacramentos, Misa, Gracia Santificante, Oración, buenas obras), ni a personas que ajustaron su conducta a los Mandamientos de la Ley de Dios.

Siempre han sido tomadas por sorpresa en momentos de crisis, de presión, abandono, despecho, ignorancia, deseo de ser tomadas en cuenta, vacío de cariño y otras muchas situaciones psicológicas que debilitan a quien no está bien cimentado en la Fe. Ya lo decía un mecánico usando de perfecta lógica popular: "Ustedes son como el sarampión: siempre atacan y vencen a los organismos más débiles".

Estas personas, alejadas del Sacerdote, incapaces por su ignorancia religiosa de comparar la Divina Religión que ya tienen, con la falsificación que les ofrecen, no consultan, no acuden a los Ministros de Cristo y dispensadores de los misterios de Dios" (1 Cor. IV - 1), para preguntar, para consultar, o si ustedes quieren, hasta para reclamar lo que les han dicho que es un engaño; sino que por sí mismas dan un paso tan trascendental y peligroso como es el cambio de religión, sin pensar que en eso se juegan la salvación de sus almas.

Y una vez absorbidos por la Secta, sufren un verdadero lavado de cerebro con sus juntas, instrucciones, lecturas de libros que tergiversan las auténticas Escrituras, de revistas "Atalaya", "Despertad", camufladas ahora con apariencias científicas, pero con una puya constante de penetración psicológica: el pernicioso "mensaje subliminal" que cambia mentalidades de modo irreversible.

Los dirigentes van más allá del abuso que permitió Lutero sobre la interpretación individual de la Sagrada Escritura: los de la Watchtower se monopolizan la interpretación y la imponen a su capricho, orientando y dirigiendo conforme las conveniencias actuales de la Secta. Investigadores muy serios e imparciales han comprobado que cada subsiguiente edición de artículos o de libros, no coincide con las anteriores en puntos fundamentales, y que frecuentemente hacen recoger los libros ya obsoletos, como si la verdad pasara de moda.

Y para colmo, al no poder probar sus fantasías heréticas con la Biblia , ni siquiera con la que usan los demás protestantes, los "Testigos" se hicieron su propia Biblia, editando una plagada de errores tendenciosos, gracias a la traducción mal-intencionada de muchas palabras clave para los dogmas; v. gr.: llamando "fuerza activa de Dios" y "expresión inspirada" al Espíritu Santo, llamando "un dios" con minúscula al Verbo Divino, con lo cual pretenden destruir el Dogma de la Santísima Trinidad, y así en todos los dogmas católicos.

Los dirigentes norteamericanos (o tal vez judíos materialistas, de las altas esferas racistas y anticristianas) se han constituido en magisterio infalible, y con este tipo de traducciones y consecuentes interpretaciones conducen a sus adeptos a un fanatismo rabioso en contra de la Iglesia Católica.

Obligados a recorrer las calles, bajo la férrea disciplina de un "precursor" o de un instructor en jefe, se reafirman cada vez más en su herejía al escuchar y tener que secundar las introducciones y capciosas objeciones que aquellos hacen a los entrevistados.

A cada uno le dan grados e importancia en la secta conforme las horas de trabajo gratuito que realizan en favor de la Watchtower, resultando que los van introduciendo cada vez más y colmando de honores y de cargos, que los envanecen y ensoberbecen, al mismo tiempo que los espían y los constituyen espías de los demás. Ninguno conoce que, mientras más adentro y alto estén en la secta, más esclavos quedan de la mente, voluntad y actividades, más almas pierden con su propaganda y contribuyen más al fabuloso enriquecimiento de los ocultos y ultrasecretos dirigentes, encastillados en su Torre de Brooklyn.

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REFUTACiÓN:


Unos breves y sencillos razonamientos bastarán para sacar a esas personas de tan funesto enajenamiento:

I.- La Unidad de Dios debe reflejarse en la Unidad de su Religión. Entre todas las Religiones existentes, aquella será la verdadera religión del Dios Uno y Veraz, que sea Una, Santa, Universal y Apostólica.

Una.- Porque Dios es Uno, una sola es la verdad y no se contradice ni es subjetiva. Los Testigos de Jehová son una de tantas sectas protestantes, que por sus contradicciones y variaciones no pueden ser la Religión verdadera: la verdad no es múltiple, ni está fraccionada ni sujeta a veleidades.

Santa.- Porque es Santo el Señor Dios con quien se relaciona, y porque debe conducir las almas a Dios Santo por el camino de la santidad. Los Testigos de Jehová tienen fundadores de conducta muy censurable, que a su vez entroncan con el Protestantismo, ya de suyo deficiente y fundado por hombres corrompidos. Habilísimos en el comercio editorial y en la venta de literatura pseudo-religiosa, desconocen la santificación por la Gracia que Cristo nos compró, no con oro ni con plata, sino con su preciosa Sangre. Y al negar la existencia del alma, no les queda a ellos más que su animalidad, imposible de ser digno receptáculo de la Gracia Santificante. Un rigorismo de prohibiciones ridículas aparenta ser una moral inviolable, pero no pasa de ser una disciplina natural sin trascendencia sobrenatural, como la observancia de los fariseos, que colaban un mosquito y se tragaban un camello: no se deben cantar himnos patrios, pero sí se puede blasfemar de los Misterios de la Revelación. (Cf. Mth. XXIII-24).

Universal.- Porque debe llegar a todo entendimiento humano en todas las generaciones, ya que Dios "quiere que todos los hombres sean salvos" (1 Tim. 11- 4). Pero los Testigos limitan a 144,000 el número de los que irán al cielo (nuevo cielo), en tanto que otros que creyeron a su propaganda vivirán por un milenio en la tierra (nueva tierra) gobernados por esos 144,000, embargados de una felicidad natural. Estos y los demás errores no tienen derecho de universalidad porque distorsionan la mente humana, creada para la verdad.

Apostólica.- Porque de los Apóstoles partió para todo hombre, tiempo y lugar, el genuino mensaje de Cristo y sus medios de salvación. - Los Testigos de Jehová no demuestran su filiación apostólica ni recibieron misión alguna que los acredite como sucesores de los Apóstoles o por lo menos como fieles transmisores de su doctrina. Al contrario, se oponen tenazmente a los Sucesores de los Apóstoles y pretenden destruir la Iglesia que Cristo edificó sobre San Pedro.

Sin embargo, podemos probar suficientemente que la Iglesia Católica Romana sí es Una, Santa, Católica (auténtica y universal), y Apostólica, como recitamos constantemente en el Credo.


II.- Se dicen "Testigos" de Dios Eterno y toman el nombre de "Jehová" aludiendo a las relaciones de Dios con su pueblo escogido en el Antiguo Testamento. Debemos razonar: Si Dios creó al hombre y nunca lo ha abandonado en el curso de su historia, manteniendo siempre viva la llama de la fe y la esperanza del Redentor, ¿dónde estaba la Secta de los Testigos de Jehová antes de 1870 en que fue fundada por el protestante Carlos Taze Russell?

Porque antes de que Russell naciera, transcurrieron tres períodos larguísimos: la Religión Patriarcal desde Adán y sus hijos hasta Abraham; la misma Religión puntualizada y definida por las revelaciones hechas por Dios a Moisés y a los Profetas hasta Jesucristo, y la perfección y culmen de esta Religión Revelada, perfeccionada por Nuestro Señor Jesucristo, de quien parte este Nuevo Testamento que pacta Dios con el hombre por Cristo Nuestro Señor.

En estas tres largas etapas no vemos contradicción, sino unidad, coherencia, continuidad y perfeccionamiento.

Preguntamos: ¿Porqué Dios abandonó a la humanidad en toda su historia privándola de la presencia y palabrería de "sus testigos"?

Seguramente porque no son testioos Suyos, sino enemigos, de aquellos que diría San Pedro: "Hubo también falsos profetas en el pueblo, como también entre vosotros habrá falsos maestros, que disimuladamente introducirán sectas de perdición, y negando al Señor que los redimió, atraerán sobre sí una pronta perdición." (II Petr. II - 1).

Lo que hoy se nos presenta en esta secta, no es un testimonio en favor de Dios, sino un ataque férreo y persistente contra la obra divina, que son el hombre y la Redención, más aún ¡contra el mísmo Dios!



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