jueves, 30 de julio de 2015

Algunas Objeciones de los Testigos de Jehova(cont.)

OBJECIÓN 39.- EL PAPA EN LA "ONU"

También sabemos que el Papa ha hablado oficialmente en la apertura de las "Naciones Unidas" diciendo que esta organización es la esperanza para la paz del mundo; cuando que Jesús nos dijo que "lo único que nos traería la paz real y verdadera, sería el Reino de Dios.

¿Sabía Usted que este es el tema principal de toda la Biblia?

SOLUCIÓN 39.- EXTENCIÓN y PROFUNDIZACIÓN DEL MAGISTERIO APOSTÓLICO

No es cosa nueva ver al Papa moderar los Gobiernos. Lee la historia Universal y comprobarás que, desde la invasión de los Bárbaros a Europa, los pueblos acudieron a la única Autoridad estable y justa, que era el Romano Pontífice; y a pesar de las vicisitudes de la humanidad, el mundo entero dirige sus oídos al Vicario de Cristo y a ningún otro líder religioso o fundador de Secta.

El Papa fue invitado como Jefe de Estado, de la diminuta "Ciudad del Vaticano", desde donde se hace oír por sus Encíclicas, se relaciona con los Gobiernos mediante la Diplomacia Pontificia con sus Nuncios y Legados, y tiene presencia digna y significativa en los debates de las naciones.

Fue tomado en cuenta y consultado como árbitro supremo de los pueblos.

Aceptó concurrir a la "ONU" como Observador permanente, a fin de vigilar y educar a la Institución, haciendo con su presencia y sus consejos, que los fallos de esta organización internacional fueran justos y conforme a la voluntad del Evangelio.

Sabe el Vaticano que las grandes decisiones se fraguan en la ONU y que de ellas dependen la paz o la guerra. En esta posición de observadora, el papel de la Santa Sede es muy difícil, pero es una esperanza de que el temor de Dios modere las decisiones de los Jefes de Estado miembros de ese organismo internacional.

Creo que te habrás enterado en estos meses que Juan Pablo II ha reconvenido a Clinton por haber liberado el aborto. Primero le reconvino por escrito y ahora que el Presidente visitó el Vaticano, le habló muy seriamente al respecto. Y en los días que escribió esta respuesta, los periódicos publican la tremenda advertencia del Papa a la ONU para evitar que extiendan en el mundo la criminal práctica del aborto. Así dice textualmente la noticia "El Pontífice se opone con toda firmeza al documento de la ONU, que envió una carta personal a todos los Jefes de Estado y transformó el tema en eje de las conversaciones que mantuvo con el Presidente de Estados Unidos William Clinton el 3 de Junio en el Vaticano" (El Heraldo de México, 15 de Junio de 1994. pág. 18/A).

Esto es lo que sabemos ahora, pero antes y siempre ha habido, de parte de la Santa Sede advertencias serias a los Gobiernos para que no transgredan la Ley de Dios y puedan conducir a sus pueblos a la paz, al progreso y al servicio de Dios.

Desde la antigüedad, la Iglesia influyó para modificar las Leyes Civiles: pero al llegar Constantino la Iglesia le inspiró reformas universales: infancia y niñez, dignidad de la mujer, beneficencia, esclavitud mitigada.... etc.

Esto te molesta porque te han enseñado a odiar los gobiernos terrenales. Pero no olvides las palabras de San Pablo: "No hay autoridad que no sea instituida por Dios; y las que existen, por Dios han sido ordenadas". (Rom. XIII-1).

No meterse en Política. - Según lo anterior; la política es necesaria para la conducción de los pueblos. Hasta en las tribus mas salvajes siempre hay un conductor o conductora. Es de ley natural, reflejo de la familia, núcleo de toda sociedad, donde el padre ejerce la autoridad de Dios, con derechos de la misma naturaleza.

La Santa Sede, y antes de ser un Estado temporal, los Papas y Obispos en sus respectivos lugares, han intervenido en asuntos políticos por circunstancias apremiantes. Lo que está prohibido es que la Iglesia se inmiscuya en política partidista, esto es, hacer partidos y soliviantar al pueblo en favor o en contra de una facción.

Se trata de equilibrar la balanza, de educar tanto al pueblo como a los gobernantes.

Esto no es ser del mundo. Por "mundo" entendemos todo aquello que se opone a la voluntad de Dios, a los principios evangélicos, a la Obra del "Redentor, a la salvación de las almas. Es aquel remolino que nos absorbe y halaga para apartamos de Dios. La intervención de la Iglesia moraliza el ambiente, promueve la justicia social, los derechos humanos, rescata del mundo a los que habían perecido en él.


Ser del mundo sería oponerse a Dios, o por lo menos, poner los intereses del mundo sobre los intereses de Dios, subordinar lo espiritual a lo material, olvidarse del alma para entregarse a las comodidades y diversiones temporales, cultivar el cuerpo con detrimento de nuestra alma.

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