OBJECIÓN
26.- RESURRECCIÓN. NÚMERO REVELADO
Nuestros
seres queridos serán resucitados a la nueva tierra paradisíaca, (como fue el
propósito original de Dios). Salmos 72:1-4; Salmos 37:29; Revelación, 7:9, 10,
13; 17.
En
Revelación 21: 3,5 nos habla de las bendiciones que Dios dará a la humanidad.
SOLUCIÓN
26.- TODOS RESUCITAREMOS.- POSTRIMERIAS
Andan
los Testigos de Jehová por todas partes presumiendo que van a resucitar, como
si los católicos no supiéramos que todos los hombres vamos a resucitar;
musulmanes, ortodoxos, paganos, animistas, budistas, judíos, protestantes,
hinduistas, comunistas, ateos y todos sin faltar uno solo.
Pero
los Testigos dicen que sólo ellos y les encanta presumir y sorprender a los que
no saben el Catecismo. Se consuelan con esto porque, como les han dicho que no
tienen alma, sienten un alivio de saber que algún día resucitarán aunque sólo sea
por mil años para gozar la tierra; y hacia allá dirigen su mirada y trabajan
fieles a la Torre para merecer la resurrección. Los católicos, en cambio,
tenemos ante los ojos el día de nuestra muerte; y como el alma subsiste y pasa
por este umbral al más allá, a la eternidad, nos importa más salvar el alma y
pasar inmediatamente a la Bienaventuranza con Dios. Después vendrá la
resurrección, que será gloriosa para los que se salvaron, e ignominiosa sin
remedio para los que se condenaron.
Sobre
la tierra, su habitabilidad perpetua y sus bendiciones, citas a Isaías y a los
Salmos. Son éstos, Libros Proféticos y pasajes mesiánicos, que con la base
semítica de figuras terrenales vaticinan la plenitud espiritual de los tiempos
mesiánicos; esto es, del Orden Sobrenatural que traería el Mesías a la
humanidad.
Que
no te adormezca el demonio la conciencia, por medio de esos encantadores que
quieren distraer tu atención del día de tu muerte y del juicio particular que
has de sostener ante Nuestro Señor Jesucristo. Que no te distraigan, halaguen y
adulen con lo del paraíso terrenal, para que olvides la gran cuenta que darás a
Dios sobre tu vida, la Fe que recibiste en el Bautismo, la Gracia Santificante,
las obligaciones de tu estado...
Ese
día del Juicio Universal compareceremos resucitados por el poder de Dios,
todos; no nada más nuestros seres queridos, como tú escribes en tu carta
repitiendo los libros de la Secta. Buenos y malos resucitaremos, y lo dice el
Señor, Verdad Eterna: "No os maravilléis de esto, pues llega la hora en
que todos los que están en los sepulcros oirán su voz (la de Cristo) y saldrán
los que hubieren obrado el bien, para resurrección de vida; los que hubieren
obrado el mal, para resurrección de condenación" (Jn. V, 28-29) (Cf. Dan.
XII- 2).
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