lunes, 8 de junio de 2015

Algunas Objeciones de los Testigos de Jehova(cont.)

OBJECIÓN 26.- RESURRECCIÓN. NÚMERO REVELADO

Nuestros seres queridos serán resucitados a la nueva tierra paradisíaca, (como fue el propósito original de Dios). Salmos 72:1-4; Salmos 37:29; Revelación, 7:9, 10, 13; 17.

En Revelación 21: 3,5 nos habla de las bendiciones que Dios dará a la humanidad.

SOLUCIÓN 26.- TODOS RESUCITAREMOS.- POSTRIMERIAS

Andan los Testigos de Jehová por todas partes presumiendo que van a resucitar, como si los católicos no supiéramos que todos los hombres vamos a resucitar; musulmanes, ortodoxos, paganos, animistas, budistas, judíos, protestantes, hinduistas, comunistas, ateos y todos sin faltar uno solo.

Pero los Testigos dicen que sólo ellos y les encanta presumir y sorprender a los que no saben el Catecismo. Se consuelan con esto porque, como les han dicho que no tienen alma, sienten un alivio de saber que algún día resucitarán aunque sólo sea por mil años para gozar la tierra; y hacia allá dirigen su mirada y trabajan fieles a la Torre para merecer la resurrección. Los católicos, en cambio, tenemos ante los ojos el día de nuestra muerte; y como el alma subsiste y pasa por este umbral al más allá, a la eternidad, nos importa más salvar el alma y pasar inmediatamente a la Bienaventuranza con Dios. Después vendrá la resurrección, que será gloriosa para los que se salvaron, e ignominiosa sin remedio para los que se condenaron.

Sobre la tierra, su habitabilidad perpetua y sus bendiciones, citas a Isaías y a los Salmos. Son éstos, Libros Proféticos y pasajes mesiánicos, que con la base semítica de figuras terrenales vaticinan la plenitud espiritual de los tiempos mesiánicos; esto es, del Orden Sobrenatural que traería el Mesías a la humanidad.

Que no te adormezca el demonio la conciencia, por medio de esos encantadores que quieren distraer tu atención del día de tu muerte y del juicio particular que has de sostener ante Nuestro Señor Jesucristo. Que no te distraigan, halaguen y adulen con lo del paraíso terrenal, para que olvides la gran cuenta que darás a Dios sobre tu vida, la Fe que recibiste en el Bautismo, la Gracia Santificante, las obligaciones de tu estado...

Ese día del Juicio Universal compareceremos resucitados por el poder de Dios, todos; no nada más nuestros seres queridos, como tú escribes en tu carta repitiendo los libros de la Secta. Buenos y malos resucitaremos, y lo dice el Señor, Verdad Eterna: "No os maravilléis de esto, pues llega la hora en que todos los que están en los sepulcros oirán su voz (la de Cristo) y saldrán los que hubieren obrado el bien, para resurrección de vida; los que hubieren obrado el mal, para resurrección de condenación" (Jn. V, 28-29) (Cf. Dan. XII- 2).


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