miércoles, 27 de abril de 2016

Jesucristo es Dios III (cont.)




Creo de elemental prudencia adherirme al testimonio de los Apóstoles y rechazar las negaciones de los advenedizos.

Las pruebas de la divinidad de Cristo, sus aseveraciones incontrastables, sus obras milagrosas sólo propias de la Divinidad, su atribución directa de las prerrogativas divinas, su reiterada afirmación de la propia filiación divina, no significan nada para esos fanáticos que a toda costa pretenden salir con la suya. Bien respondió Abraham al rico que clamaba desde el infierno: "Sino escuchan a Moisés ni a los Profetas, tampoco se rendirán si alguno resucitare de entre los muertos" (Luc.XVI-31).

Porque sin consideración a las circunstancias, hasta los milagros de Cristo son despreciados por los falsos "Testigos" y dicen: " los apóstoles y los profetas Elías y Elíseo tuvieron ese poder también, pero eso no significa que fueran más que hombres" (p. 18/ c. 2/ párr. D). - Pero ni los Apóstoles ni los Profetas se atribuyeron a sí mismos esos milagros. En cambio, Cristo dijo: "Yo iré y le curaré" (Mth. Vlll - 7). "Yo", por Mí mismo. Y resucitando muertos se manifiesta como la Vida misma y la fuente de la vida: "Yo soy la resurrección y la vida" (Jn XI-25) Y no sólo en el caso histórico, sino para toda la humanidad en el definitivo fin del mundo: "...quien cree en Mí, aún cuando muera, vivirá; y todo el que vive y cree en Mí, no morirá para siempre".
(Jn. XI-26). "Yo le resucitaré en el último día" (Jn VI - 44), en que fungirá como Juez Unico y Universal. (Cf. Mth. XXV-31-46).

Objetan la misma Resurrección de Cristo (p. 18/ C. 2/ párr. C) prometida por El mismo como prueba máxima de su divinidad (Cf. Mth. XII-39-40; Jn. 11-  9,21, 22), Y la desechan porque niegan el alma y su inmortalidad e ignoran la Unión Hipostática y la intervención conjunta de la Santísima Trinidad en la consumación de Esa Obra Maestra de la Redención, como dejamos dicho arriba.

Por causa de esta dureza de corazón; de esta incredulidad empedernida, Jesús Resucitado no se apareció personalmente a los Pontífices y Sanhedritas que le habían dado muerte: porque, obstinados en su pecado, hubieran negado la evidencia. Los sujetó al testimonio y autoridad de los Apóstoles, al magisterio de la Iglesia; y esto es precisamente lo que no aceptan los falsos testigos de Jehová. ¡Para quien no tiene fe, se desvanece lo sobrenatural!

Ahora comprenderemos porqué Jesús dividió en tres partes la respuesta que dio a los judíos que ansiosamente le urgían una declaración de su mesianidad: (Jn. X- 25-26):

"Os lo dije y no me creéis" (porque habían rechazado sus palabras). "Las obras que Yo hago en nombre de mi Padre, éstas dan testimonio de Mí" (Testimonio fehaciente, claro y palpable que ellos rechazan). "Sin embargo, vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas" (Esta es la causa de no aceptar hechos, ni palabras: no ser fieles a Cristo; no tener fe). ¡Y los Testigos de Jehová carecen de fe!


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