domingo, 25 de mayo de 2014

¿La Biblia sola? (cont.)

Se prueba todo esto por la misma Sagrada Escritura, sea que se tome como testimonio histórico natural, o bien, como divinamente inspirada:

1.- Muchos hechos y dichos de Jesús no fueron escritos: "Hay, además de éstas, otras muchas cosas que hizo Jesús las cuales, si se escribiesen una por una, ni en todo el mundo creo que cabrían los libros que se escribieran". (Jn. XXI-25).

2.- Jesús manda a los Apóstoles comunicar de palabra sus enseñanzas: "Lo que Yo os digo en la obscuridad decidlo en plena luz; y lo que escucháis al oído, pregonadlo desde las azoteas" (Mth.X-27). - "Id al mundo entero y predicad el Evangelio a toda la creación" (Mc. XVI-15).

3.- La fe entra por el oído mediante la presencia viva y ministerial de predicadores investidos de una misión legítima.- "¿Cómo, pues, invocarán a aquél en quien no creyeron? ¿Y cómo creerán en aquél de quien no oyeron? ¿Y cómo oirán sin haber quién predique? ¿y cómo predicarán si no fueren enviados? Según está escrito: ¡Cuán lindos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian bienes! pero no todos prestaron oído al Evangelio. Porque Isaías dice: Señor, quién dió fe a nuestra audición? Luego la fe viene de la audición, y la audición, por la palabra de Cristo" . (Rom. X-14-17).

4.- La predicación apostólica es Palabra de Dios: "... habiendo vosotros recibido la Palabra de Dios que de nosotros oísteis ... " (I-Tes.II-13).

5.- Esta palabra apostólica, que es de Dios, debe conservarse íntegra: "Conserva, sin deformarlo, el tipo de las palabras sanas que de mí oíste, con la fe y la caridad que está en Cristo Jesús. Guarda el precioso depósito por el Espíritu Santo que habita en nosotros" (II Tim.I = 13-14).

6.- Debe transmitirse a depositarios fieles y autorizados, de donde se constituye la Tradición Apostólica: " ... y lo que oíste de mí delante de muchos testigos, confíalo a hombres fieles, quienes sean idóneos para enseñar a su vez a otros". (II Tim. II-2).

7.- Los fieles observan lo aprendido de esta Tradición Apostólica: "Os alabo porque en todo os acordáis de mí y mantenéis las tradiciones tales cuales yo os la transmití" (1 Cor. XI-2).

8.- Los Apóstoles, para enseñar, no sólo se valían de la pluma, sino principalmente de la predicación, disposición, legislación oral, indistintamente, puntualizando por escrito algunos detalles de la enseñanza oral, o explicando de palabra lo ya transmitido por escrito. Más aún: en algunos casos prefirieron la tradición oral a la consignación por escrito: "Sed constantes y mantened firmemente las tradiciones en que fuisteis adoctrinados, ya sea de viva voz, ya por carta nuestra". (II Tes. II-15). " ... lo demás, cuando vaya, lo arreglaré". (I Cor. XI-34) "Pues yo recibí del Señor lo mismo que os transmití a vosotros ... " (I Cor. XI-23) "Bien que tengo muchas cosas qué escribirte, no quise hacerlo por papel y tinta, sino que espero ir a vosotros y hablar boca a boca para que nuestro gozo sea colmado" (II Jn. 12).

9.- En suma: la Tradición (cronológicamente anterior) no es desplazada por la Escritura (cronológicamente posterior); en Ambas se contiene el Mensaje y la Promesa de la Vida Eterna: (I Jn. II-24-25):

"En cuanto a vosotros, lo que oísteis desde el principio, que se mantenga entre vosotros. Si se mantuviere entre vosotros lo que oisteis desde el principio, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre. Y esta es la promesa que El nos ha prometido: la vida eterna".

Lo que oísteis.- Dos veces repetido: la predicación oral recibida por el oído: la Tradición.

Desde el principio: Desde los inicios del Cristianismo; los inicios de la conversión, la primera noticia la evangelización recibida directamente de los Apóstoles.

Que se mantenga entre vosotros: que permanezca siempre en el seno de la Iglesia. No por aparecer los Escritos Apostólicos debe olvidarse la Tradición.

Si se mantuviere.- Condición para mantenerse con el Padre y el Hijo en el Espíritu Santo, cuyo es este mensaje de conservar la Tradición.

Y esta es la promesa.- La da por escrito, es decir, en la Sagrada Escritura del Nuevo Testamento. El Espíritu Santo reitera su promesa de vida eterna a quienes conserven también la Tradición Apostólica.

10.- Por tanto, existe la Tradición Apostólica (en el Texto: "lo que aprendiste"), y debe considerarse tan divina e inspirada como la Sagrada Escritura (en el Texto: "Sagradas Letras"), paralelamente recomendadas y alabadas por los Apóstoles: "Tú, en cambio, permanece constante en lo que aprendiste y acogiste como verdadero, sabiendo de quiénes lo aprendiste, / y que desde niño conoces las Sagradas Letras, las cuales pueden hacerte sabio en orden a la salud por medio de la fe que se halla en Cristo Jesús". (II Tim. III - 13-14).


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