martes, 27 de mayo de 2014

¿La Biblia sola? (cont.)


Posición Católica.

La realidad de la verdadera Iglesia fundada por Nuestro Señor y Redentor Jesucristo, es muy distinta de los parches mal remendados por ambos heresiarcas. Porque es lógico pensar -y así lo dice la Escritura que en asunto tan delicado cual es la salvación de todo el género humano, el Redentor de los hombres les daría un medio seguro y patente para que aprovecharan la Redención y se salvaran. Así pues, CRISTO FUNDÓ SU IGLESIA COMO SOCIEDAD SOBRENATURAL, PERFECTA, ÚNICA, VISIBLE, INDEFECTIBLE Y NECESARIA, VIVIFICADA POR EL MISMO ESPÍRITU SANTO.

Probemos nuestro aserto:

Cristo fundó su Iglesia: "Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia" (Mth. XVI-18), es decir, fundaré mi Iglesia.

Como Sociedad.- Porque es una unión moral y estable de muchos, que persiguen en común un fin honesto mediante los medios en esa comunidad propuestos.

Sobrenatural.- Porque sus fines son espirituales y sobrenaturales aunque se auxilie accidentalmente de medios naturales; le han sido dadas por Cristo potestades sobrenaturales: magisterio, régimen y administración de la Gracia por los Sacramentos, de suerte que nadie puede ser miembro suyo sin haber renacido a la vida sobrenatural por el Bautismo, con lo cual queda unido a la Iglesia por vínculos sobrenaturales de fe y comunión (= común unión).

Es Sociedad Perfecta.- Porque en su orden (el sobrenatural) no depende de otra sociedad y es suficiente para lograr sus fines: Sólo depende de Dios, que respalda plenamente lo que dentro de sus fines sobrenaturales haga para salvación de las almas. En otras palabras, puede actuar y alcanzar sus fines sobrenaturales sin dependencia ni intermedio de nadie.

La actuación de los Apóstoles no deja lugar a duda. San Pedro y San Juan proponen un dilema a los Sanhedritas que trataban de interferir el cumplimiento de su misión sobrenatural pero visible y palpable con los hombres: "Si es razón delante de Dios eschucharos a vosotros antes que a Dios, juzgadlo vosotros mismos" (Act.IV-19). "Menester es obedecer a Dios antes que a los hombres" (Ib. V-29). En el Concilio de Jerusalén los Apóstoles obran bajo la sola dirección del Espíritu Santo y declaran: "Pareció al Espíritu Santo y a nosotros ... " (Act. XV-28). San Pablo se presenta como "Apóstol, no de parte de hombres ni por mediación de ningún hombre, sino por Jesucristo y por Dios Padre" (Gál.I-1); y enseña a los Efesios que la selección de la Jerarquía Eclesiástica y la repartición de Carismas para edificación de la Iglesia, vienen sólo de Dios. (IV-11-sgs.; Cf.I Cor.XII-4-11).

Es Única.- Porque Cristo dijo que fundaría su Iglesia, hablando en singular, caracterizándola por la unidad de los Apóstoles y discípulos entre sí (Cf.Jn.XVII-21) y representándola como un solo rebaño bajo un solo Pastor. (Cf.Jn.X-16).

Y aunque el Apóstol San Pablo nos comenta su "solicitud por todas las Iglesias" (II Cor. XI-28), no se refiere a muchas distintas, sino a la misma Única, repartida por todo el mundo entonces conocido, que constituía, como hoy, una sola por su hermética unidad de credo, de culto y de régimen.

Además, si la Iglesia de Cristo es Perfecta, sólo puede ser Única, pues la perfección en la misma línea sólo se halla en un solo ente; si fueran varios o por lo menos dos perfectos, cesaría toda perfección, porque el uno se distinguiría del otro por algo, y ese algo lo tendría uno y no el otro; de donde uno solo sería el perfecto.

Es Visible: 

a) de jure, porque ha sido instituida entre los hombres y en favor de los hombres, los cuales no pueden asociarse sino visible y palpablemente.

b) de facto, porque sólo podría ejercer visiblemente sobre hombres visibles y tangibles, su triple potestad de enseñar, gobernar y santificar; y sólo visiblemente pueden los hombres corresponder con su profesión de fe, su obediencia y su comunicación con lo Sagrado.

Y así, los Apóstoles fueron congregados e instruidos visiblemente por un Cristo visible; sobre un Pedro visible se propone fundar su Iglesia. Y los Apóstoles, a su vez, reunieron discípulos visibles que visiblemente recibieron y practicaron sus enseñanzas, ¿No habéis contemplado a los fieles llevando sus bienes a los pies de los Apóstoles para que fueran utilizados en beneficio de una Iglesia visible? ¿Y no os estremecéis cuando el Espíritu Santo impone un castigo corporal a Ananías y Safira porque pretendían engañar a su Representante visible en la tierra? (Cf.Act.V-1-11).

Lo que se ve en la tierra (comunidad, organización, Jerarquía, medios naturales, etc), es lo visible. Lo que de ella se cree (su divina institución, potestad de santificar, etc), lo que en ella se contiene y entrega (Gracia) es lo invisible, que a través de lo visible (Jerarquía, Sacramentos) se entrega a los hombres por su cuerpo y sociedad invisibles por su alma, por su fe; mas con base en lo visible (cuerpo, reunión, actitud y obras conducentes y testificantes de fe viva). Porque para ser fácilmente hallada y discernida por quienes la necesitan para ser salvos debe ser notoria y visible con una visibilidad y notoriedad que sean a la vez argumento de credibilidad.

Es Indefectible.- Urge declarar la indefectibilidad de la Iglesia porque los protestantes, sabiendo que sus sectas no existían antes del S. XVI, propugnan la defectibilidad de la Iglesia, por lo menos en su forma visible, permaneciendo oculta la invisible. Tratan con esto de justificar la ausencia total del Protestantismo desde la muerte de los Apóstoles hasta la rebelión de Lutero. Otros, para justificar la falsa Reforma Protestante, la quisieran evolucionable de tal modo que cada vez se apartara más y más de su ser primitivo y auténtico.

Mas la Iglesia verdadera no ha dejado jamás de existir: permanece la misma desde los Apóstoles hasta nuestros días y permanecerá la misma hasta el fin de los tiempos. "De otra suerte, o no hubiera sido eficaz el propósito de Cristo, o hubiera errado al declarar solemnemente que las puertas del infierno no prevalecerían contra ella" (Pío XL-Enc. Mortalium Animos).

En efecto consta históricamente que la Iglesia es indefectible por la permanencia inalterable de sus elementos constitutivos: su Jerarquía en ininterrumpida sucesión, el constante ejercicio de su Magisterio, la perenne aplicación a la salvación de las almas mediante la administración de la Gracia divina ... Y pues ha sido Instituida para los hombres, durará sobre la tierra mientras dure el género humano: " ... y será predicado este Evangelio del Reino en todo el orbe, para que sirva de testimonio a todas las gentes; y entonces vendrá el fin" (Mth.XXIV-14).

Mas no sólo es indefectible, sino también Necesaria; por cuanto la verdad, que es necesaria para conocer a Dios, se encuentra en Ella, y la Gracia, que es indispensable para salvarse, sólo se obtiene en el seno de la verdadera Iglesia.

Esta es la lógica conclusión de las palabras de Cristo que en el Evangelio de San Marcos (XVI-16) manda el Bautismo bajo pena de condenación: el Bautismo por El instituido y como El lo instituyó. El cual Bautismo infunde la Gracia Santificante, incorpora a Cristo en su Cuerpo Místico que es la Iglesia. A ésta debe incorporarse quien a Cristo quiera incorporarse, puesto que una incorporación invisible a Cristo no constaría y quedaría expuesta a las ilusiones del subjetivismo; ni cumpliría los deseos de Cristo que instituyó su Iglesia para hombres formados de cuerpo y alma.

Esta pertenencia debe ser real cuando nada impide la incorporación; o deseada (in voto), cuando algún impedimento invencible impide agregarse visiblemente, o bien, cuando una ignorancia invencible e inculpable impida un claro discernimiento.

De tal modo que si alguien, habiendo recibido la evangelización, sin impedimento alguno y en pleno uso de sus facultades, perfectamente libre y lúcido para discernir y escoger, capta con la ayuda de la Gracia la evidencia de la veracidad y necesidad de la Iglesia, y sin embargo rehúsa incorporarse a Ella, y muere en su rechazo, no tendrá salvación.

Y paralelamente, si alguien, cristiano separado, impedido externa e internamente, jamás oyó nada de la Iglesia o lo oyó deformado y adulterado, no es capaz de discernir pero sigue a Cristo sinceramente y persevera en su buena fe hasta la muerte, alcanzará la Gracia, y esta Gracia le incorpora al alma de la Iglesia. La cual se extiende a donde se extiende la Gracia Santificante y morirá en la Iglesia y se salvará.

Dígase lo mismo de los paganos que guardan la ley natural. (Cf.Rom.II-14-15).

Así se entiende el antiguo axioma: "Fuera de la Iglesia no hay salvación".

Ahora bien, la Iglesia no es un cuerpo muerto ni una fría institución, ni algo material por ser visible, sino que está vivificada por el Espíritu Santo, que obra en Ella como si fuera su alma. La Iglesia no podría cumplir su función específica de vivificar las almas ni administrar la Gracia, si el Espíritu Santo, Autor de la Gracia, no obrara en Ella. (Cf. I Cor.XII-13).

Sin el Espíritu Santo vivificador, la Iglesia no sería Iglesia. Pues así como el Espíritu Santo llena a Cristo Redentor (Cf. Luc.IV-18;21 Is.LXI-1;Jn.I-32-34) y Cristo es Cabeza de la Iglesia, ésta, que es el Cuerpo Místico de Cristo, vive de la misma vida de Cristo, informada del Espíritu Santo como el alma informa al cuerpo para que viva. (Ef.IV-4).

No se quiera inferir de aquí que haya dos Iglesias, la una visible y la otra invisible; la primera terrena y la otra espiritual; sino que es una sola con doble esencialidad, por ser esencialmente visible y al mismo tiempo esencialmente sobrenatural, siendo así una sola Institución Divina.: "... porque en un mismo Espíritu todos nosotros fuimos bautizados, ya judíos, ya griegos, ya esclavos, ya libres, en razón de formar un solo cuerpo. Y a todos se nos dió a beber un mismo Espíritu". (I Cor.XII-13).

Es este el Espíritu Divino "que habló por boca de los Profetas", y como allí donde opera, calienta y resplandece, no sólo depositó en la Iglesia el fuego de la Gracia, sino también la luz de la Verdad. Ha confiado a la Iglesia verdadera el Depósito de la Revelación, para que lo preserve de todo error y lo manifieste a los hombres en ejercicio de su potestad de Magisterio; es decir, conforme al sentido auténtico y a la intención del Espíritu Santo. Una sola tenía que ser la Autoridad, uno solo el Magisterio, para evitar que cada cerebro elaborara su propio sistema, como ocurrió desgraciadamente en la Protesta, dada la libertad con que cada quién interpreta por su cuenta la Palabra de Dios.

"¡Oh Timoteo! -increpa el Apóstol San Pablo a su discípulo preferido- Guarda el depósito dando de mano a las profanas palabrerías y contradicciones de la mal llamada ciencia, de la cual algunos, haciendo alarde, erraron en la fe". (I Tim.VI-20).


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Después de haber probado punto por punto la aserción principal, centraremos nuestra atención en el aspecto visible y perfecto de la Sociedad sobrenatural que el mismo Cristo llamó "Iglesia".

Por ser sociedad perfecta de institución divina, necesariamente debe tener una Autoridad. Así fue provista por el mismo Cristo, quien puso al Colegio Apostólico para enseñar, administrar la Gracia y gobernar; y sobre los Apóstoles puso a San Pedro como Vicario suyo y responsable de los fieles y de los mismos Apóstoles.

Es esta una autoridad plena en orden al tipo de Sociedad por la que son investidos, porque abarcan el ejercicio de una triple potestad: la de Orden (Ministerio), la de Magisterio (Enseñanza) y la de Régimen (Gobierno).

Las características de esta triple potestad se hallan sintetizadas en el mandato final de Cristo:

"DIOSEME TODA POTESTAD EN EL CIELO Y SOBRE LA TIERRA. ID, PUES, Y ADOCTRINAD A TODAS LAS GENTES, BAUTIZÁNDOLAS EN EL NOMBRE DEL PADRE Y DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO, ENSEÑÁNDOLES A GUARDAR TODAS CUANTAS COSAS OS ORDENE. Y SABED QUE YO ESTOY CON VOSOTROS TODOS LOS DÍAS HASTA LA CONSUMACIÓN DE LOS SIGLOS". (Mth. XXVIII- 19-20).

Cuya explicación es la siguiente:

Dióseme toda potestad en el cielo y sobre la tierra.- (Cf. Act.II-33-36; Ef.I-20-23).- Preámbulo solemne, marco de majestad y poderío para un mandato esencial e indispensable que pone en juego toda la economía de la Redención.

Id, pues, - "pues", ilación derivativa que indica de dónde y con qué base viene el mandato Imperativo y solemne: "Id".- Misión divina: "Como mi Padre me envió, también Yo os envío (Jn.XX-21) (Potestad de Régimen).

y adoctrinad.- "y" une el mandato con el oficio: "id y enseñad".- Ir: traslado personal para enseñar personalmente con comunicación de persona a persona, con enseñanza oral que constituiría la Tradición Apostólica; enseñanza inspirada a la que se juntarían los escritos inspirados del Nuevo Testamento.- Se confiere aquí la potestad de Magisterio: la docencia queda en posesión de la doctrina, el mensaje ha de ser administrado por el Mensajero: capacidad de la Iglesia para interpretar la Tradición y la Biblia.

a todas las gentes.- A todas las razas de todos los tiempos y en todos los lugares.- Universalidad local y temporal de la misión.- Catolicidad de la Iglesia, universalidad de la potestad apostólica.

bautizándolas.- Facultad para administrar los Sacramentos: Potestad de Orden.- Esta potestad ya les había sido conferida por Cristo en el Cenáculo cuando les dió poder y mandato de celebrar el Sacrificio Eucarístico, y días después, ya resucitado, cuando les dió con el poder del Espíritu Santo, potestad de perdonar los pecados. (Cf.I Cor. XI-24-25; Jn. XX-22-23).- De aquí que, constituidos Ellos y sus legítimos Sucesores como "Ministros de Cristo y Dispensadores de los Misterios de Dios" (I Cor. IV-1), sean administradores de la Gracia en favor del pueblo fiel. El pueblo, por razón de su Bautismo, ha sido constituido en orden al culto divino con un Sacerdocio común a todo bautizado; pero los Ministros han recibido en el Sacramento del Orden el Sacerdocio Ministerial, esencialmente distinto del Sacerdocio común de los fieles. (Cf.Vat. II,L.G.-10).

en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.- Entrega del Misterio básico de nuestra Fe Cristiana: suma de las relaciones de Dios con el hombre y del hombre con Dios: Creación, Redención, Santificación.- De la Augusta Trinidad deriva la potestad Apostólica, pues la ejercen en Su Nombre.

enseñándoles a guardar todas cuantas cosas os ordené.- No sólo deben enseñar los dogmas de la fe sino también los de la moral. Deben, además, establecer las bases visibles de la Iglesia, fundamentándola en prácticas que, por ser indispensables para su establecimiento y desarrollo, se llaman "Constitutivas", tales como las ceremonias del Culto Divino.- Así queda especificada la potestad de Orden y la de Régimen.

Y sabed que Yo estoy con vosotros todos los días hasta la consumación de los siglos.- Presencia y asistencia perpetua de Cristo sobre la Iglesia.- Representación personal de los Apóstoles por la Persona de Cristo.- Respaldo de Cristo en el cielo a cuanto los Apóstoles ejerzan en la tierra para bien de la Iglesia y de las almas.- Perpetuidad de la Misión Apostólica.- Indefectibilidad de la Iglesia.

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