viernes, 4 de marzo de 2016

Jesucristo es Dios II (cont.)





9º.- En el último día de la vida terrena de Cristo, el Sumo Sacerdote, en sesión plenaria y solemnísima con la flor y nata de la clase sacerdotal y docente de toda la Nación, oficialmente le conjura en el Nombre de Dios que defina su mente y posición. Jesús, sabiendo que la declaración de su Mesianidad y de su Divinidad le costará la vida, no puede negar la verdad, pues es requerido solemnemente en el Nombre de su Padre, por el Sumo Pontífice, que tiene autoridad divina, y responde positivamente afirmando que SI es el Mesías y SI es el Hijo de Dios: "Y el Sumo Sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios vivo que nos digas si tú eres el Mesías, el Hijo de Dios. Dícele Jesús: Tú lo dijiste". (Mth. XXVI-63-64).

La afirmación consignada por San Mateo: "Tú lo dijiste", ó "Tú lo has dicho"; es igual por equivalencia a la que consigna San Marcos: "Ego sum": "Yo soy" (Mc. XIV -62) Pudo haber respondido: "Tú lo has dicho: Yo soy".

¡"Ego sum"!: valiente afirmación que resume toda la historia y la misma eternidad del Verbo Encarnado: yo soy el Hijo Eterno del Eterno Padre, Encarnado por obra del Espíritu Santo para cumplir la misión Redentora de Mesías, y como he de juzgar a la humanidad y juzgaros a vosotros mismos, que con todo ojo me veréis y plañiréis con todas las tribus de la tierra (Cf. Apoc. I-7), "os digo que a partir de ahora veréis al Hijo del hombre sentado a la diestra del Poder y viniendo sobre las nubes del cielo" (Mth. XXVI-64; Cf. Hébr. II-9).


Y aunque el Sumo Sacerdote rasga sus vestiduras y el Sanedrín en pleno grita vociferante: "Reo es de muerte", Jesús no retracta su palabra: había llegado el momento de proclamar por Sí mismo su Divinidad; el mundo entero se estremecería al resonar por el orbe y a través de todas las edades el poderoso "EGOSUM" del Hombre-Dios. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario