martes, 10 de mayo de 2016

La Eterna Generación del Verbo (cont.)




Ahora bien; sabemos que Dios es, un Ser Personal, con entendimiento y voluntad identificados con su propia esencia porque EI es un Ser simplísimo. Y así como es simplísimo es un solo acto eterno y perfectísimo, exhaustivo en Sí mismo y absoluto.

En este acto puro, sin sucesión temporal sino en lo eterno de su existencia, ejerce la capacidad infinita de su entendimiento en el único objetivo adecuado y necesario de su entender absoluto, que es su propia esencia. Y concibe en acto perfectísimo su propio ser.

Pero la concepción del entendimiento, en tanto es más perfecta en cuanto más semejante es a la esencia abstraída.

Dios, al concebir su propia esencia de modo exhaustivo, perfectísimo y  absoluto, irradia la idea, que por ser perfecta en grado infinito es no sólo  semejante sino igual en toda línea a la substancia divina y por ende a la Persona de Padre.

Mas como no puede haber dos substancias divinas ni dos Personas idénticas, la idea absolutamente, perfecta es Persona diferente, de la que le da, origen, y por ser igual en substancia divina lo llamase con propiedad "consubstancial", puesto que existe por y en la misma substancia divina. Dios-Origen y Dios-Idea, son distintos en la Persona y consubstanciales en la esencia.

Este, modo de, existir la Idea consubstancial se llama generación por vía de entendimiento. Y así, existen el Padre, que se contempla, en su esencia, y el Hijo, que es la abstracción, lo abstraído de la esencia, la Idea consubstancial.

Tenemos, pues, la explicación de modo humano y temporal de lo que San Juan, usando de lenguaje humano, expresa como el LOGOS: la Idea del entendimiento divino consubstancial a su Origen: Persona divina engendrada por vía de entendimiento, distinta por su origen e incomunicabilidad, pero una por su consubstancialidad.


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