jueves, 12 de mayo de 2016

La Eterna Generación del Verbo (cont.)



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La manera griega de concebir el LOGOS como Idea con un doble significado: el inmanente y el transeúnte, la tiene también la mentalidad semítica, y se expresa con el vocablo DABAR. Esta es esencialmente "la palabra" como comunicación de la idea de Dios. Los LXX lo traducen con acierto como el LOGOS griego.

Pero aunque en el, Antiguo Testamento comporte la significación de la Revelación hablada de aquello que es el mismo Dios (los escritores veterotestamentarios también la usan en este sentido), su trascendencia en las categorías del pensamiento semítico envuelve siempre la esencia divina .

La DEBAR YAHWEH, palabra de Yahvéh, es tanto como el mismo Dios manifestado en persona de los Profetas, y se anuncia como una Sabiduría Divina que permanece en los hombres, que vive en el hombre (Cf. Prov. Vlll-31).

 San Juan, empero, nos revela algo más profundo, escondido desde todos los siglos (Cf. Hebr. I): que ese LOGOS es Dios desde el principio o eternidad, y que ese LOGOS personal, se hace hombre tomando carne, es decir, la  naturaleza humana. No sólo pervade al interior del hombre por la gracia sino que personalmente habita entre nosotros, y hemos podido tocar al LOGOS de la vida (Jn. I-14: I Jn. I-2).


He aquí la inmanencia de la Idea Divina que envuelve la capacidad de la comunicabilidad y que actualiza en el tiempo esta comunicabilidad, expresándose sensiblemente en la Divina Persona de Jesucristo como en la actividad humana la idea (LOGOS ENDIATHETOS) es comunicada por la palabra (LOGOS PROPHORIKOS). Y la saben implícitamente nuestros niños cuando aprenden en el Catecismo que "... se hizo hombre la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, qué es el Hijo, el cual, después de haberse  hecho hombre, es verdadero Dios como siempre  y verdadero hombre, Jesucristo Nuestro Señor" (Ripalda, Decl. Arts.).



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