viernes, 13 de mayo de 2016

La Generación del Verbo (cont.)




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Lo que las mentalidades griega y semita concibieron con tanta amplitud: el LOGOS, que había sido escudriñado por el sabio filón en su doble trascendencia aunque de modo filosófico-teoIógico, fue traducido al latín con el: recurso del vocablo VERBUM, desgraciadamente más limitado que LOGOS, pero suficientemente habilitado en la mentalidad cristiana semítico-helenista, como para significar lo que San Juan intenta en su manuscrito original.

Nuestra, lengua romance no se atrevió jamás a traducir este vocablo: lo asimiló íntegro y textual, pues por su contenido lo considero consagrado y lo respetó como único indicativo de la Persona del Hijo.

No puede confundirse con su homónimo "verbo", palabra por excelencia que inyecta vida al lenguaje porque significa acción, pasión, conciencia y  movimiento; ésta es fácilmente identificable en el discurso por su intención contextual, pero no pasa de ser el nombre, analítico que agrupa lo más selecto del humano idioma. Porque VERBO, en sentido teológico, es algo intraducible aunque sí concebible y perfectamente identificable por su intención y por la secuela del contexto. Verbo es el Hijo, Eterno del Eterno Padre.



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