lunes, 14 de abril de 2014

Via cricis y via matris.

VIA - CRUCIS
VIA - MATRIS


Adoración de las Cinco Llagas.


Por el P Manuel Robledo, E.D.


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Nihil obstat
Pedro Ma. Galván, M.J.
Censor al casum.
Febrero de 1977.



IMPRIMATUR
+ Fr. Philipus a Jesu Cueto, O. F.M.
Ep. Tlalnep.
Marzo de 1977.


© Derechos reservados por
el Autor.


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VIA CRUCIS


(Por el P. Manuel Robledo, E.D. )



Advertencia.


El Via crucis, que se interpreta "Camino de la Cruz", es, quizás, la devoción más antigua en la Iglesia. Se cree por tradición que fue la misma Santísima Virgen quien, recorriendo diariamente los puntos notables de la vía dolorosa y meditándolos con las santas mujeres, legó a la Iglesia esta devoción preciosa.

Los fieles la han practicado sin interrupción en Jerusalén, y de ahí se extendió a todo el orbe cristiano. Los Sumos Pontífices lo han enriquecido con indulgencias; después del Concilio Vaticano II sigue reconociéndose la Indulgencia Plenaria.

Ganan la misma Indulgencia Plenaria los enfermos impedidos, los encarcelados, los navegantes y los legal o moralmente impedidos de practicar los rezos o traslaciones acostumbrados, con tal que, sosteniendo en la mano un Crucifijo bendecido al efecto, recen completos veinte veces Pater, Ave y Gloria; que son: por las 14 Estaciones, por las Cinco Llagas y por las intenciones del Romano Pontífice. Si sólo rezan parte, ganan Indulgencia Parcial.

Aunque la fórmula puede ser variadísima presentamos la siguiente, y puede rezarse de dos maneras: o de modo sencillo y breve, enunciando la Estación, repitiendo el Texto Escriturístico meditando y rezando Pater, Ave, Gloria; o de modo solemne y largo, siguiendo, al pie de la letra todo lo escrito a continuación.

El Autor.


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OFRECIMIENTO


(Todo el Camino de la Cruz mide 3303 pies, que hacen 1321 pasos).

"Dilexit me, et tradidit semetipsum pro me" .- "Me amó, y por mi amor se entregó a la muerte".(Gál. II-20).

Padre Eterno, que tanto amaste al mundo hasta darle a tu Hijo Unigénito (Jn. III-3), permíteme que, siguiendo a mi Redentor por el camino de la Cruz con santas consideraciones, pueda seguirle con mi cruz a cuestas durante el camino de mi existencia.

Espíritu Divino, que, obumbrando el seno de la Virgen formaste milagrosamente el Cuerpo de la Víctima Sagrada para que el Verbo pudiera padecer por mí, ilumíname con tu gracia para contemplarle en esos momentos luctuosos en que culminaba la obra de mi redención.

Verbo Encarnado, que al entrar en este mundo te ofreciste al Padre como Víctima por el pecado y que me invitas a seguirle cargando mi propia cruz, permíteme poner mis pies sobre las huellas que marcaste en el trance doloroso de tu Pasión, para poder configurarme contigo en la Cruz y repetir como San Pablo: "Yo llevo en mi cuerpo las llagas de mi Señor Jesucristo" (Gál. VI-17; cf Hebr. X-7).

Y Tú, Purísima Virgen María, Madre de mi Dios y Reina del dolor, da a mis ojos abundantes lágrimas y traspasa mi corazón con el manso dardo de la compunción, y condúceme en estas consideraciones para recorrer en espíritu el Camino de la Cruz.

Es mi intención ganar las Indulgencias que la Iglesia concede a quienes devotamente rezan el Viacrucis, y suplico a la misericordia divina se digne aplicadas a las Benditas Almas del Purgatorio. Amén.


Por las intenciones del Romano Pontífice: Pater, Ave, Gloria.

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