jueves, 28 de julio de 2016

Cristianos Verdaderos y Falsos Cristianos(cont.)



d).- Gonzalo Vega usa la palabra “idolátrico” (derivada de “ídolo”) para reprobar a la veneración que los católicos rendimos a María. También en esto mostró sus fobias y su ignorancia. No es igual ídolo que imagen.

Ídolo es la materia o figura material a la cual se le atribuye divinidad y se le rinde adoración: cosa abominable, pues al Señor sólo hay que adorar (Cf. Deut. VI – 13).

Imagen es el retrato de un ser humano. Su vista nos recuerda su trayectoria histórica, méritos o deméritos, y nos despierta sentimientos de amor, admiración, gratitud, o repudio. Si ese ser humano ha muerto y por sus virtudes suponemos que su alma está en el cielo, su imagen nos recuerda una conducta digna de ser imitada: Su imagen resulta respetable por representar a quien representa.

Si la Iglesia declara la salvación de esa persona y, por el logro de la perfecta caridad la propone por modelo e intercesora, podemos pedir su intercesión y su respeto se convierte en veneración. También podemos imitar a los santos: San Pablo decía de sí: “Sed, hermanos, todos a una, imitadores míos, y observad a los que así proceden según el dechado de tenéis en nosotros” (Filip. III – 17).

Ningún católico ignora la verdadera interpretación del primer Mandamiento: “No te harás figura alguna. . . para postrarte ante ella y servirla, (esto es, para adorarla) (Ex. XX – 4-5). Luego sí se puede hacer sin intención de adorarla, y la hizo el mismo Dios al mandar fueran cincelados dos Querubines, al ordenar la fundición de la serpiente de bronce para alcanzar con su vista la curación, y a la cual el mismo Cristo se compara. (Jn. III – 14-15).

Este tema es muy llevado y traído porque los protestantes, que no captan las distinciones por causa de su religión hecha a la letra, no han podido entender la lógica con que los católicos justificamos las imágenes. Y Gonzalo quedó protestantizado hasta la médula.

Por lo menos debe entender que la esencia del catolicismo es la vida de la gracia, y no las imágenes. Que con imágenes o sin imágenes, los católicos somos auténticos cristianos porque profesamos y vivimos todos los Dogmas de la fe de Cristo; pero no podríamos serlo sin María (sea o no representada con imágenes), porque Ella dio al mundo al Redentor y está unida en acción e intención a su Hijo. Dice San Mateo mostrándola virginal e indisolublemente unida con su Hijo; “Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, que se llama Cristo” (Mth. I – 16).


Por eso en las Catacumbas, con arte ingenuo pero genuinamente cristiano, fue representada en pinturas la Virgen María con el Niño Jesús en sus brazos.


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