lunes, 31 de marzo de 2014

Devocionario para Cuaresma y Semana Santa (cont).

11.- VISITAS A LOS MONUMENTOS. (Las siete casas).



Es laudable la costumbre de hacer siete visitas al Santísimo Sacramento reservado el Jueves Santo en la Urna del Monumento, que es la reserva ordenada por la Liturgia de la Institución.

Esta costumbre antiquísima encontró aprobación y aliento en la Santa Sede, la cual por medio de la Sagrada Penitenciaría Apostólica, decreta:

"A los fieles que, durante los días Jueves y Viernes Santo, visitan el Santísimo Sacramento de la Eucaristía, mientras está en el monumento y rezan cinco veces el Padrenuestro, Avemaría y Gloria Patri, para dar las debidas gracias por la Institución de la Santísima Eucaristía, y después rezan una vez las mismas oraciones por las intenciones del Sumo Pontífice, se les concede: Indulgencia de quince años. Indulgencia plenaria, una vez cada uno de los días, si además se confiesan y participan del convite Eucarístico, (S.C. de Indulg. 7 mar. 1815; S. Peno Ap., 20 mayo 1935), Nota: Las mismas indulgencias se pueden ganar en aquellas regiones donde, en virtud de una costumbre aprobada por la Iglesia Romana, el Santísimo Sacramento es expuesto a la adoración de los fieles por espacio de más de dos días, durante la Semana Santa". (S. Pen. Ap. 20 mar. 1936) (Enq. Indulg. 145).

Presentamos en este devocionario la siguiente forma de cumplir con los deseos de la Sagrada Penitenciaría Apostólica y de llenar sus requisitos. Al mismo tiempo, es un modo de continuar la tradición popular que considera los acontecimientos de la noche del Jueves Santo, distribuyéndolos por visitas.

Como una orientación que cada quien tomará según sus posibilidades, sugerimos que se pueden rezar:

a) o frente a siete monumentos levantados donde se está celebrando el Triduo Sacro, haciendo peregrinación de uno a otro y rezando una visita en cada uno,

b) o en uno solo saliendo y entrando del Templo las siete veces, rezando cada vez una visita, 

c) o en uno rezando solamente una visita (la que se elija), con la estación completa de seis (o siete) Padrenuestros, Avemarías y Glorias.





PRIMERA VISITA: (Ante el primer Monumento).

Institución de la Eucaristía y traición de Judas.


Consideraciones.

Contempla el Cenáculo en esa noche del Jueves Santo, cuando Jesús, transido de dolor, decía a sus Apóstoles: "En verdad os digo que uno de vosotros me entregará" (Mth. XXVI-21). Hablaba de Judas, el traidor, como hoy pudiera repetirlo de muchos cristianos.

No obstante la previsión de las ingratitudes, "tomando Jesús un pan y habiendo pronunciado la bendición, lo partió y, dándolo a los discípulos, dijo: Tomad, comed, esto es mi Cuerpo" (Ib. 26). Con estas omnipotentes palabras realizó el milagro de la transubstanciación y se quedó para siempre con nosotros en la Sagrada Eucaristía.

¡Y pensar que actualmente muchos seguidores de Judas pretenden negar la presencia real de Jesús en los Sagrarios!

Desagravia a tu Señor en esta noche de Jueves Santo frente al Monumento de la Institución. Haz actos de fe en su real presencia para desmentir a los apóstatas. Repite las genuflexiones y adoraciones para refutar a los sacrílegos que se atreven a profanar los templos.


Oración.

Gracias, Jesús bondadosísimo, por haberos dignado quedar realmente presente en la Santísima Eucaristía, como perpetua memoria de Vuestra Pasión. En este Jueves Santo concededme la gracia de apreciar este divino don. No permitáis que os traicione como Judas, pues de esto y de más soy capaz. Sostenedme con este angélico alimento y perdonad todos mis pecados.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria al Padre.




SEGUNDA VISITA. (Ante el Segundo Monumento).

Oración del Huerto. La aprehensión.


Consideraciones.

Mira con los ojos espirituales cómo Jesús, saliendo con sus Discípulos del Cenáculo, se interna en el Huerto de los Olivos llamado Getsemaní. Allí ora a su Padre con tal fervor y angustiosa espera de la pasión, que, "venido en agonía ... se le hizo un sudor como de grumos de sangre que caían hasta el suelo" (Luc. XXII-44).¡Tan pavoroso era lo que había de sobrevenirle!

Escucha los pasos del traidor ... ya se acerca; su torva figura aparece más tétrica iluminada por las teas con que se alumbran los esbirros. "Y acercándose a Jesús, le dijo: Salve, Maestro, y le dió un fuerte beso. Mas Jesús le dijo: Amigo, ¿a qué has venido?" (Mth. XXVI-49-50). Y sin conmoverse por la mansedumbre del Redentor, los soldados "le echaron las manos y le sujetaron" (Mc. XIV-46).

Todas estas humillaciones padece Jesús esta noche por tu amor. ¿Estarás dispuesto, no digo a padecer por Cristo, sino siquiera a cumplir religiosamente tus deberes por amor a Cristo?

Jesús mío, recibe esta visita al Monumento como compañía espiritual en tu agonía del Huerto.


Oración.

Gracias, Jesús Bondadosísimo, por haberos dignado quedar realmente presente en la Santísima Eucaristía, como perpetua memoria de Vuestra Pasión. Permitidme acompañaros en esa prolongada agonía del Huerto; pero sabiendo que, aunque mi espíritu esté presto, me vence la flaqueza de mis miserias, infundidme fortaleza con el Pan de los Mártires y que arrostre por Vos todas las adversidades, así como Vos las habéis enfrentado por salvarme.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria al Padre.


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